Apego seguro y apego inseguro: cuál es tu tipo
Mario Guerra enfatiza que, aunque nuestro estilo de apego se forma en la infancia, no es una condena.
El psicoterapeuta Mario Guerra se ha dedicado a explorar los vínculos de apego y a responder a las preguntas más comunes que surgen en el consultorio.
Gracias a su preparación, Guerra se ha convertido en un experto en la teoría de las relaciones de apego y a lo largo de su carrera ha escrito más de una decena de libros en los que exploran diferentes tópicos como el miedo, la tristeza, el amor y los procesos del duelo.
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Tipos de apego: seguro e inseguro
Mario Guerra define el apego seguro como un vínculo de confianza. Las personas con apego seguro confían en quienes aman y que los aman estarán allí. Que no los van a traicionar ni abandonar sin razón.
Este tipo de apego se da cuando los cuidadores son consistentes, atentos y sensibles a las necesidades del niño. El niño aprende que el amor no duele y que es digno de ser amado.
Estas personas, aunque sufren el dolor de las pérdidas o las rupturas, pueden superarlas y aprender de ellas, viendo los reveses de la vida como desafíos. No buscan constantemente la reafirmación del otro, ya que su seguridad proviene de una base interna sólida.
Por otra parte, el apego inseguro se divide en tres subtipos: ansioso, evitativo y desorganizado. El Apego Ansioso se caracteriza por el sentimiento de angustia y el miedo al abandono.
Se desarrolla cuando los cuidadores fueron inconsistentes en sus respuestas. A veces estaban disponibles y cariñosos, otras veces distantes o impredecibles. Esto genera una incertidumbre constante en el niño.
En tanto, el apego evitativo se distingue por desesperanza o el miedo a la intimidad. Se forma cuando los cuidadores son fríos, distantes o no se involucran emocionalmente. El niño aprende que expresar sus necesidades emocionales no lleva a una respuesta, o incluso es castigado, por lo que se desconecta de sus emociones y busca la autosuficiencia.
En la adultez, prefieren la independencia y se sienten incómodos con demasiada cercanía o intimidad emocional. Tienden a evitar la vulnerabilidad y hablar de sus sentimientos profundos.
Por último, el apego desorganizado donde la persona tiende a sentir miedo y confusión. Es el tipo de apego más complejo y se asocia a experiencias infantiles traumáticas o abusivas (físicas o emocionales) con las figuras de apego. El cuidador es a la vez fuente de consuelo y de miedo, lo que genera una paradoja.
En la adultez muestran comportamientos contradictorios y confusos. Desean cercanía, pero una vez que la tienen, les da miedo y alejan a la persona.