En el corazón del noroeste argentino, al pie de la Cordillera de los Andes, Fiambalá, Catamarca, se destaca como un destino ideal para los amantes del trekking y la naturaleza. A unos 1.300 kilómetros de Buenos Aires, este pueblo de montaña ofrece senderos poco explorados, paisajes únicos y una profunda conexión con culturas ancestrales.
Muchos de los recorridos en Fiambalá no están señalizados, lo que hace imprescindible contratar guías locales. Estos no solo garantizan la seguridad, sino que también enriquecen la experiencia con su conocimiento cultural y natural de la zona. La mayoría de los senderos son de baja dificultad y poco desnivel, perfectos para caminatas placenteras en escenarios imponentes. A lo largo de las rutas, se pueden disfrutar de paisajes maravillosos y, ocasionalmente, avistar la fauna regional.
Cerca del centro de Fiambalá, se destacan cuatro lugares ideales para practicar trekking:
Cañón del Indio: a solo cuatro kilómetros del centro, impresiona con sus rocas rojizas y formaciones geológicas milenarias.
Petroglifos de Fiambalá: a tres kilómetros, estos grabados rupestres prehispánicos ofrecen una caminata corta de gran valor arqueológico.

Cañón del Algarrobal: a seis kilómetros del centro, sorprende con su vegetación nativa, aves y la sombra de algarrobos antiguos.
Quebrada de La Troya: a unos 25 kilómetros por la Ruta Nacional 60, este sendero combina montañas coloradas y vistas panorámicas, ideal para un día completo de exploración.
Para aquellos que buscan experiencias más remotas, la región ofrece otras opciones como la Quebrada de los Árboles (12 km), Quebrada Las Higueritas (15 km), Salamanca de Anillaco (35 km) y Quebrada de El Puesto (20 km). Estas caminatas se realizan en paisajes abiertos y zonas de difícil acceso, por lo que se recomienda el uso de vehículos 4x4 o excursiones organizadas.
Otras Atracciones de Fiambalá
Termas de Fiambalá: a 15 km en La Aguadita, sus piletones naturales entre cerros ofrecen aguas con temperaturas de 28 a 52°C.
Ruta del Adobe: un recorrido de más de 50 km que une Fiambalá con Tinogasta, pasando por iglesias coloniales, casonas y molinos históricos.
Bodegas de altura: espacios que ofrecen vinos de excelente calidad con visitas guiadas y degustaciones.