El "alivio" en el bolsillo de los argentinos es un factor crucial que el gobierno libertario considera fundamental para las próximas elecciones. Desde el Ministerio de Economía, la estrategia principal se enfoca en evitar un salto en el valor del dólar que impacte negativamente en los precios y, de esta forma, llegar a los comicios con una situación económica más favorable.
Aunque algunos miembros del círculo cercano de La Libertad Avanza (LLA) se aventuran a predecir una inflación cercana al 0% para fin de año, el presidente Javier Milei prefiere ser más cauto y esperar hasta mediados de 2026 para consolidar la estabilidad. Tanto Milei como el ministro Luis Caputo están obsesionados con mantener el equilibrio fiscal y no parecen dispuestos a contener las tarifas de servicios públicos más allá de lo aconsejable, ya que esto limitaría la reducción del gasto en subsidios.
En Casa Rosada, la expectativa es que el índice de inflación continúe su tendencia a la baja, manteniéndose por debajo del 2% mensual. El éxito de la política económica, según el gobierno, radicará en lograr una disminución de la Canasta Básica Total y la Canasta Alimentaria, ya que estas son las variables que determinan las líneas de pobreza e indigencia.
Tras conocerse el dato de inflación de junio, que, a pesar de una leve suba, resultó más optimista de lo esperado por los analistas privados, un informe de 40 consultoras proyectó el comportamiento de los precios minoristas a corto plazo y el posible techo inflacionario después de las elecciones.
El último relevamiento de FocusEconomics, que compila las perspectivas de consultoras y bancos tanto de la City argentina como del exterior y publicado por El Cronista, anticipa las proyecciones de inflación para fines de 2025 y 2026.
Según este informe, "en mayo, la inflación cayó al 43,5% desde el 47,3% de abril, marcando la tasa más baja desde marzo de 2021". Los analistas proyectan que la inflación seguirá disminuyendo a finales de este año gracias a una política fiscal restrictiva, mayor competencia de mercado, flexibilización de restricciones a las importaciones, reducción de precios internacionales de materias primas y una base de comparación elevada respecto al año anterior. El principal riesgo alcista identificado por el consenso es un "posible debilitamiento del peso más rápido de lo previsto".
En este contexto, los panelistas de FocusEconomics prevén un aumento promedio del 42,1% en los precios al consumidor en 2025, lo que representa una disminución de 0,5 puntos porcentuales respecto a la proyección del mes anterior.
Para el último trimestre de 2025, período en el que se llevarán a cabo las elecciones legislativas nacionales, la media estima una inflación del 2,6% para octubre, 2,4% para noviembre y 2,7% para diciembre. Estas cifras, que se ajustarán con el correr de los meses, se encuentran hoy ligeramente por encima de lo que espera el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central, que proyecta 1,7%, 1,5% y 1,7% para los mismos meses, respectivamente.