Murió el elefante que un circo abandonó en Mendoza
Tamy tenía 55 años y estaba por ser trasladado desde el Ecoparque a un santuario de elefantes en Brasil. En 1984 llegó al Zoológico de Mendoza tras ser abandonado por el Circo Hermanas Gasca por no poder llevarlo a Chile.
El artículo informa sobre la muerte de Tamy, un elefante asiático de 55 años que vivía en el Ecoparque de Mendoza. Había sido donado en 1984 por un circo que no pudo trasladarlo a Chile. Durante la última década, se trabajó intensamente para prepararlo para su traslado al Santuario de Elefantes de Brasil, con cuidados veterinarios, un recinto adaptado y entrenamiento positivo. Sin embargo, sus problemas articulares y el deterioro por años de cautiverio dificultaron el viaje, que debió postergarse. A pesar de que todo estaba listo para su traslado, Tamy falleció rodeado del equipo que lo cuidó durante años buscando mejorar su bienestar.
Una triste noticia llegó este martes desde el Ecoparque de la provincia de Mendoza. Murió el elefante Tamy, que se preparaba para ser trasladado a Brasil para pasar sus últimos días en un santuario. Fue donado en 1984 al Zoológico de Mendoza por el Circo Hermanas Gasca, que no tenía posibilidades de llevarlo a Chile.
Tamy era un elefante asiático de 55 años y padecía dolores articulares que dificultaron su traslado al Santuario de Elefantes de Brasil. Contaba con un recinto especial para entrenarlo para su viaje.
El animal llegó al exZoológico de Mendoza en 1984, luego de haber sido dejado por el Circo Hermanas Gasca, que al no contar con permisos para atravesar la ruta con el animal, decidieron “donarlo” y seguir viaje.
Desde hace una década, la Dirección de Biodiversidad y Ecoparque del Gobierno de Mendoza, junto a la Fundación Franz Weber y el Santuario de Elefantes de Brasil, trabajaban de manera sostenida en un plan de reconversión que incluyó el reacondicionamiento de su espacio, un protocolo de atención veterinaria constante y un sistema de entrenamiento positivo.
Tamy en el Ecoparque.
El objetivo era ver la posibilidad de preparar su eventual traslado al santuario ubicado en Chapada dos Guimarães, en el estado de Mato Grosso.
Tamy también había sido evaluado por profesionales del Global Sanctuary for Elephants de Brasil, que recomendó ajustar su medicación, enriquecer su dieta y adaptar su recinto para acompañar los efectos del envejecimiento y los daños ocasionados por décadas de cautiverio.
El recinto que ocupaba Tamy —el mismo que anteriormente habían habitado Pocha y Guillermina, trasladadas con éxito al santuario en 2022— había sido especialmente acondicionado para sus necesidades. Contaba con puertas de entrenamiento, zonas de sombra, mayor confort y contacto controlado con el equipo humano, que monitoreaba diariamente su evolución.
Aunque su traslado estaba previsto para un futuro y todos los requerimientos administrativos y sanitarios se encontraban en regla, su delicado estado de salud había obligado a postergar la derivación. Finalmente Tamy murió rodeado del equipo que trabajó por durante años por darle una segunda oportunidad.