El futuro de Manuel Adorni, actual vocero presidencial, genera debate en el gobierno, ya que su candidatura a legislador porteño plantea interrogantes sobre su continuidad como vocero oficial. Sectores gubernamentales buscan alternativas para que siga ejerciendo como portavoz de Javier Milei, incluso después de asumir su banca en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en diciembre.
La incompatibilidad de ejercer ambos cargos simultáneamente ha llevado a la consideración de un rol "informal" para Adorni. Un funcionario sugirió que, aunque no pueda mantener la formalidad actual con oficina y conferencias en Casa Rosada, podría seguir comunicando a través de conferencias de prensa y otros medios. Se argumenta que esta modalidad, similar a la utilizada por el kirchnerismo, permitiría a Adorni mantener su influencia en la comunicación presidencial.
En Casa Rosada, se valora el desempeño de Adorni como vocero y se lamenta su participación en las elecciones porteñas, consideradas un test crucial para La Libertad Avanza (LLA) y el PRO. Inicialmente, se planeaba postergar su candidatura para elecciones ejecutivas futuras, pero la estrategia cambió para fortalecer a LLA en la contienda contra el PRO.
Adorni, por su parte, se siente cómodo en su rol actual y muestra poco entusiasmo por debatir asuntos municipales en la Legislatura. Aunque su entorno asegura que no será un candidato "testimonial" y que asumirá su banca, persisten dudas sobre su futuro a largo plazo en ese ámbito. La posibilidad de un rol de "vocero informal" se vislumbra como una solución para mantener su influencia en la comunicación gubernamental.
La situación plantea un desafío para el Gobierno, que busca equilibrar las responsabilidades legislativas de Adorni con su valiosa contribución como vocero. La búsqueda de un esquema que permita su continuidad en la comunicación presidencial, aunque de manera no oficial, refleja la importancia que se le atribuye a su labor en la gestión de la imagen y el mensaje del presidente Milei.
