La Comisión Europea propuso hoy avanzar con la aprobación de dos importantes acuerdos comerciales, cuyo objetivo es expandir la red comercial global de la Unión Europea para compensar los aranceles estadounidenses y fortalecer su presencia en América Latina.
El Acuerdo de Asociación UE-Mercosur (APEM) y el Acuerdo Global Modernizado UE-México (AGM) buscan diversificar las relaciones comerciales, reducir aranceles y crear nuevas oportunidades para las empresas europeas, según un comunicado de la Comisión.
“Las empresas y el sector agroalimentario de la UE se beneficiarán inmediatamente de la reducción de aranceles y costos, lo que contribuirá al crecimiento económico y la creación de empleo”, declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Según estimaciones de la Comisión, el APEM podría incrementar las exportaciones anuales de la UE al Mercosur hasta en un 39%, o unos 49.000 millones de euros (unos 57.000 millones de dólares estadounidenses), lo que generaría más de 440.000 empleos en toda Europa.
El acuerdo reduciría los aranceles sobre productos industriales y agrícolas clave, como automóviles, maquinaria, productos farmacéuticos, vino, licores, chocolate y aceite de oliva.
Los acuerdos requieren la aprobación del Parlamento Europeo y los Estados miembros de la UE para su entrada en vigor.
El comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, declaró en rueda de prensa que la comisión esperaba completar el proceso de aprobación para finales de año.
Sefcovic describió los acuerdos como “pilares estratégicos” que mejorarían la competitividad de las empresas de la UE y les proporcionarían una ventaja competitiva en Latinoamérica.
Las propuestas han suscitado fuertes críticas por parte de los agricultores europeos, quienes argumentan que el acuerdo del Mercosur amenaza la sostenibilidad agrícola y socava los estándares ecológicos y de seguridad alimentaria de la UE.
El presidente de Farm Europe, Yves Madre, afirmó que el acuerdo se mantiene “sin cambios sustanciales, en particular en su capítulo agrícola”, mientras que COPA-COGECA, la Unión Europea de agricultores, lo calificó de “perjudicial desde el punto de vista económico y político” para los agricultores, las comunidades rurales y los consumidores.
Los agricultores organizaron protestas en varias ciudades europeas en los últimos años para oponerse al pacto.
El comisario europeo de Agricultura y Alimentación, Christophe Hansen, afirmó que el acuerdo protegería los intereses de los agricultores de la UE limitando las importaciones e introduciendo gradualmente cuotas para productos sensibles a lo largo de varios años.
También señaló que se establecerían cláusulas de salvaguardia en caso de perturbaciones del mercado. (Un euro = 1,16 dólares estadounidenses).