El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que designa a Antifa como “organización terrorista nacional”, una medida que algunos expertos consideran carente de fundamento legal.
“El presidente Donald J. Trump tiene razón: el problema de la violencia está en la izquierda. Por eso acaba de designar a Antifa —una red de terroristas de la izquierda radical que busca derrocar al gobierno mediante la violencia y la agitación— como organización terrorista nacional”, declaró la Casa Blanca en un documento.
El documento también enumera ejemplos del “largo historial del movimiento aterrorizando a nuestras comunidades”, incluyendo ataques contra agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, policías, asistentes a eventos políticos conservadores y simpatizantes de Trump.
La orden ordena al gobierno federal “investigar, desmantelar y desmantelar todas las operaciones ilegales” realizadas por Antifa o cualquier persona que afirme actuar en su nombre.
También exige “las acciones de investigación y enjuiciamiento necesarias contra quienes financian dichas operaciones”.
“El terrorismo de Antifa forma parte de la tendencia de violencia de la izquierda radical que ha permeado el país en los últimos años, incitada por constantes mentiras y ataques brutales contra republicanos por parte de políticos demócratas desquiciados, organizaciones de izquierda bien financiadas y sus aliados en los medios de comunicación”, afirma el documento, añadiendo que el activista conservador Charlie Kirk fue asesinado por un “terrorista de la izquierda radical”.
“No existe autoridad legal para designar a un grupo nacional como organización terrorista, incluso suponiendo que Antifa sea una organización y no solo una ideología”, declaró Mary McCord, exjefa interina de la división de seguridad nacional del Departamento de Justicia, según The New York Times.
Un informe de The Washington Post también señaló que Estados Unidos carece de medios legales para designar grupos terroristas nacionales, y añadió que expertos expresaron su preocupación de que la medida pudiera utilizarse para justificar una ofensiva contra la izquierda política en general.
Durante su primer mandato en 2020, Trump también anunció que designaría al movimiento “Antifa” como “organización terrorista”, en gran medida como respuesta a las protestas y disturbios a nivel nacional que estallaron tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la Policía.
Sin embargo, no se tomaron medidas concretas y Trump firmó la última orden ejecutiva en medio de un acalorado debate nacional sobre la violencia política tras la muerte de Charlie Kirk.
En respuesta al argumento de los demócratas de que tanto la izquierda como la derecha participan en la violencia política, Trump afirmó recientemente que “la mayor parte de la violencia proviene de la izquierda”.
