El 10 de enero de 2002, los televisores de miles de argentinos fueron testigos de un episodio que se convertiría en un hito de la televisión: la histórica pelea en vivo entre el periodista Mauro Viale y el empresario de la carne Alberto Samid. Lo que comenzó como un debate acalorado sobre la actualidad del país, terminó en un desmadre total que dejó a todos boquiabiertos.
El detonante de la disputa fue una pregunta de Viale que acusaba a Samid de haber estado relacionado con el atentado a la AMIA. "Usted avaló el atentado a la AMIA", disparó Viale.
Samid, visiblemente ofendido, contraatacó con una jugada personal: "Decí tu verdadero nombre. Decí tu verdadero nombre, no te escondas". La tensión subió de golpe cuando el empresario, en un intento de desestabilizar a su interlocutor, exigió que Viale se presentara con su nombre de nacimiento, Mauricio Goldfarb.
El enfrentamiento verbal escaló rápidamente a los insultos. "¡Yo de vos no tengo que hablar!", gritó Viale. "¡Mentiroso, sos un mentiroso!", respondió Samid. Con la sangre caliente, ambos se levantaron de sus asientos. Las cámaras registraron el momento exacto en el que Samid le propinó un golpe y Viale, intentando defenderse, le tiró una piña.
El estudio de televisión se convirtió en un ring improvisado, con cámaras que caían al suelo, sillas que volaban y personal de producción que intentaba, sin éxito, separarlos.
El video de la pelea se convirtió en uno de los primeros virales de la era de internet y, aún hoy, sigue siendo un referente de la televisión argentina. El insólito cruce, con su mezcla de furia, acusaciones y un surrealista combate en vivo, demostró cómo un debate puede pasar de la palabra a los golpes en cuestión de segundos, dejando una marca imborrable en la historia mediática del país.