El podcast Masterclass debutó con un episodio que cruza dos mundos que rara vez dialogan: la rigurosidad de los procesos y métricas del marketing digital con la frescura de la improvisación y el teatro.
Los protagonistas de esta conversación son Ignacio “Nato” Esteller, actor e improvisador con más de doce años de experiencia en escenarios, y Fernando Prato, ingeniero industrial y socio en una agencia de marketing digital. Juntos revelan cómo el juego y la estructura, lejos de ser opuestos, se potencian para inspirar a emprendedores y equipos en la búsqueda de autenticidad y resultados.
Nato Esteller: del escenario al marketing
Nato recuerda su primer acercamiento al teatro como un hallazgo casi casual: un flyer universitario lo llevó a descubrir la improvisación y nunca más se bajó del escenario. Desde entonces, acumula más de una década de práctica en la que aprendió a fracasar, reinventarse y encontrar la magia en el aquí y ahora.
Para él, la improvisación no es solo arte: es también una técnica de lectura del público y generación de impacto. Esa misma lógica la trasladó al marketing, donde el timing, la capacidad de detectar señales y la espontaneidad pueden ser tan valiosas como una campaña bien planificada.
“Mi trabajo es fracasar, me tenés que pagar igual”, dice, reivindicando el error como parte del oficio y del aprendizaje.
Fernando Prato: procesos, sistemas y autenticidad
En contraste, Fernando aporta la mirada analítica y metódica de la ingeniería. Se define como amante de los excels, los funnels y la planificación, pero reconoce que trabajar junto a Nato lo llevó a relativizar, jugar y usar la expresividad en contextos laborales.
En su experiencia como emprendedor, los fracasos —como el de su primer bar— fueron tan formativos como los éxitos. Hoy defiende que la clave está en equilibrar la rigurosidad con la capacidad de adaptarse y conectar genuinamente con las personas.
“El desafío diario es cómo ser feliz y cómo ganar plata”, resume. Una frase que refleja el dilema de miles de profesionales que buscan autonomía y propósito en sus proyectos.
Habilidades blandas: un entrenamiento necesario
Uno de los ejes centrales de la charla fue el valor de las habilidades blandas en un mundo donde el conocimiento técnico se ha vuelto un commodity. Para Nato, no se entrenan en una sala de reuniones ni con presentaciones en PowerPoint: requieren movimiento, juego, improvisación y expresividad. Herramientas del teatro como el role play, la dinámica del espejo o la risa compartida permiten desarrollar trabajo en equipo, comunicación y creatividad.
“El adulto necesita volver a jugar para pasar del individualismo al nosotros”, afirma. Una invitación a redescubrir la esencia colaborativa en entornos empresariales y personales.
Emprender entre el rigor y el juego
La conversación también giró en torno al acto de emprender. Para ambos, no se trata solo de crear negocios, sino de encontrar autenticidad en un mundo saturado de información y fórmulas.
Nato plantea que cada persona es creadora de su propio trabajo y que el teatro puede ayudar a derribar la autocensura laboral. Fernando, por su parte, insiste en que el valor diferencial de un emprendedor no está en saber más que los demás, sino en entender las motivaciones de las personas y aportarles valor real.
Masterclass: un espacio para inspirar
Este primer episodio marca el tono de lo que será Masterclass: un podcast audiovisual que busca profundizar en temáticas relevantes para la vida, el trabajo y el bienestar.
Como explica Nato, “la forma de que ocurran las cosas es primero decirlas, y luego agregar valor tangible mediante acción”. Fernando coincide: el objetivo es inspirar desde la experiencia real, compartir errores y aprendizajes, y acompañar a otros en el camino de emprender y crear.
Conclusión: Emprender con juego y rigor no es una contradicción, es una fórmula posible. En la mezcla entre métricas y creatividad, entre planillas y teatro, se abre un espacio donde las empresas y los proyectos encuentran autenticidad, conexión y propósito.