Murió a los 89 años
Las tragedias que marcaron la vida de Robert Redford y su familia
Tras el fallecimiento del legendario actor, se recuerda el lado más personal y doloroso de su vida. La "maldición" de los hijos de Redford, marcada por muertes trágicas y graves enfermedades, revela la lucha de una familia que enfrentó la adversidad lejos de los reflectores de Hollywood.
La muerte de Robert Redford a los 89 años, ha llevado a un repaso por su brillante carrera cinematográfica, pero también a un vistazo a la intimidad de un hombre que, a pesar de su estatus de leyenda, sufrió en carne propia las tragedias familiares. A lo largo de su vida, Redford tuvo que enfrentar el dolor y la pérdida, especialmente en relación con sus hijos, frutos de su primer matrimonio con Lola Van Wagenen.
El primer gran golpe en la vida del actor fue el fallecimiento de su primogénito, Scott, a los cinco meses de edad. El bebé murió a causa del síndrome de muerte súbita, un suceso que, según Redford, lo dejó con una marca imborrable y un sentimiento de culpa que lo persiguió por años. Esta pérdida, sin embargo, lo impulsó a dejar atrás una vida de rebeldía para centrarse en su familia y su carrera.
A pesar de la tragedia, la pareja tuvo tres hijos más: Shawna, James y Amy. Todos ellos siguieron los pasos de su padre en el mundo de las artes, pero no escaparon de una serie de eventos desafortunados que la prensa bautizó como la "maldición Redford".
Shawna, la mayor, presenció el asesinato de su novio en la universidad, un evento traumático que la llevó a una profunda depresión y casi le cuesta la vida en un accidente de coche. Afortunadamente, se recuperó, se convirtió en una reconocida pintora y formó su propia familia.
Por su parte, James enfrentó una grave enfermedad a los 15 años que afectó su hígado, obligándolo a someterse a dos trasplantes. Esta experiencia transformó su vida y lo motivó a dedicarse al activismo a favor de la donación de órganos, produciendo documentales sobre la superación de enfermedades.
La menor de los hermanos, Amy, ha sido la única que hasta el momento parece haber esquivado los grandes infortunios. Sin embargo, ella misma ha confesado que el divorcio de sus padres fue el episodio más difícil de su infancia, y ha desarrollado una aversión a la persecución mediática que marcó su vida.
