Como todo primero de mes, se espera que el próximo domingo se modifiquen los precios de los combustibles en las bocas de expendio de todo el país. La incógnita es hacia qué dirección irán, ¿subirán o bajarán?
La pregunta parece fuera de contexto, si se tiene en cuenta el escenario inflacionario y el largo historial del ajustes al alza de los últimos dos años, pero hay razones suficientes para no descartar un cambio a la baja. Además, está fresco todavía el recuerdo de lo ocurrido el 1° de mayo, cuando la petroleras redujeron un 4% el valor de sus productos.
Para tener una idea aproximada de qué puede ocurrir el domingo, es necesario repasar cómo se han comportado las tres variables principales que intervienen en el precio de la nafta y el gasoil: la inflación, el tipo de cambio y el precio del crudo.
En lo que respecta al primer punto, no hay aún datos oficiales que se pueden analizar, pero las consultoras privadas anticipan que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) terminará mayo con un valor cercano al 2%. De confirmarse este dato, la inflación habrá desacelerado por segundo mes consecutivo. Por supuesto, se debe tener en cuenta que el IPC es un promedio de la evolución de todos los precios de la economía y lo que evalúan las petroleras son las subas de sus costos en particular, pero aún así no deja de ser una variable relevante para el análisis.
Durante mayo, las estaciones aplicaron una baja del 4% y luego una suba del 0,25%
El tipo de cambio, por su parte, comenzó mayo con una cotización de $1.119 y actualmente se encuentra a un valor de $1.175, por lo que registra hasta el momento un aumento acumulado del 5%.
En tanto, el precio del barril de crudo Brent (es el que se toma como referencia en el mercado interno), ha tenido una variación leve al alza. Según las plataformas de comercio internacional, el 1° de mayo el Brent abrió en USD 61,21. Al cierre de este artículo, la cotización de mercado era de USD 63,89.
Una cuarta variable que puede entrar en consideración es la carga impositiva. El Gobierno viene autorizando a cuenta gotas los aumentos pendientes sobre el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y aún no ha comunicado qué hará al respecto en el mes de junio. Según sitios especializados, si Nación aplicara toda la suba impositiva pendiente, los combustibles deberían subir un 15% al consumidor final, aunque ese no parece ser un escenario probable para el corto plazo. Lo más probable, aseguran los expertos, es que los incrementos impositivos se sigan postergando o se vayan aplicando de forma progresiva.
En síntesis, las principales variables que intervienen en el precio de los combustibles han subidos todas, pero de forma muy leve. Habrá que esperar al próximo domingo para saber cuál será el impacto en los precios.