La histórica victoria de River Plate ante Boca Juniors, por 3 a 1 en el partido de vuelta y 5-3 en el resultado global, en la final de la Copa Libertadores 2018 cumple este martes su séptimo aniversario.
Lo sucedido aquel 9 de diciembre de 2018 y sus días previos tuvieron en vilo al país en una final sin precedentes: la Copa Libertadores fue alzada en Madrid, España.
En lo deportivo, fueron encuentros vibrantes, cargados de idas y vueltas y sin un vencedor claro hasta los últimos instantes del partido, mientras que el contexto externo a lo futbolístico estuvo cargado de polémicas e, incluso, con la lluvia como parte de la historia.
Con River avanzando en el primer puesto de su grupo y Boca accediendo a octavos de final como segundo, la posibilidad de un enfrentamiento en la final estaba sentada desde agosto, aunque se veía como algo lejano.
A medida que las instancias iban pasando, lo que parecía difícil comenzó a hacerse realidad. River derrotaría a Racing e Independiente en las dos primeras instancias eliminatorias, además de un agónico triunfo por 2-2 en el global, favorecido por la extinta regla del gol de visitante, ante Gremio de Porto Alegre, en Brasil, con un gol de penal (otorgado por el VAR) de Gonzalo Pity Martínez, en el cuarto minuto de descuento del complemento, en el partido de vuelta.
Por su parte, Boca no tuvo inconvenientes para superar las instancias de “mata-mata”, con cuatro triunfos y apenas dos empates. Venciendo a Libertad de Paraguay por un global de 6-2, el Xeneize se impuso a dos brasileños de manera consecutiva, Cruzeiro y Palmeiras, para clasificar a la esperada final.
El mundo del fútbol argentino se encontraba totalmente alborotado. Además de la importancia que se le da al Superclásico, este enfrentamiento entre River y Boca no era uno más: definiría al mejor equipo de América. El nerviosismo y la ansiedad se apoderaba de los hinchas, mientras que los neutrales se preparaban para disfrutar de una final histórica.
La serie entre River y Boca, por la final de la Copa Libertadores 2018, estaba programada para disputarse el 10 de noviembre, en la Bombonera, y el 24 del mismo mes, en el Monumental, aunque ninguna de estas fechas pudo cumplirse.
La primera suspensión no presentó polémicas, en un día de lluvias muy intensas en la Capital Federal. Con el encuentro programado para las 17, desde las 14 se suponía que no se iba a poder disputar, debido a que, según declaraciones del entonces secretario Christian Gribaudo, habían caído 95 milímetros de agua, cinco milímetros más que en todo el resto del año.
La primera decisión fue posponer el partido hasta las 19, aunque posteriormente se optó por posponer el partido para la tarde del día siguiente, domingo 11 de noviembre.
Con Guillermo Barros Schelotto en el banco de suplentes de Boca y Matías Biscay en el de River, por una sanción impuesta al técnico Marcelo Gallardo en la definición anterior, el primer gol de la serie fue para Boca, a los 33 minutos.
Fue por medio del delantero Wanchope Ábila, que necesitó de dos remates para vencer al arquero Franco Armani, que atravesaba un excelente momento.
Wanchope Ábila en su prime.
El atacante buscó dos veces el primer palo, primero con un derechazo potente que dio en el pecho del guardameta y luego con un zurdazo bajo, desde el costado del área, que el arquero desvió pero no pudo contener. Boca se ponía en ventaja ante el delirio de su gente.
Pero la alegría del local duraría poco. Sacando del medio, a los 35 minutos, el Pity Martínez avanzó por el círculo central y filtró un pase para el desmarque del delantero Lucas Pratto que, ante una defensa increíblemente desacomodada, que se fue mano a mano y definió bajo y cruzado, igualando la final.
Pratto anotó la igualdad en La Bombonera sacando desde el medio cuando Boca todavía estaba festejando.
De todas formas, Boca se fue en ventaja al entretiempo, con tiempo cumplido, por medio de un tiro libre frontal al área, que fue prolongado al gol por el delantero Darío Pipa Benedetto, quien atravesaba la mejor etapa de su carrera deportiva.
Benedetto metió gol en La Bombonera y golazo en Madrid. No le alcanzó. Fue su mejor momento y después se vino a pique
La pelota parada volvió a ser fundamental a los 15 minutos del segundo tiempo, pero en favor de River. Un tiro libre lejano desde la derecha fue cabeceado contra la red por Pratto, con cuyo doblete la primera final terminó en empate por 2-2.
El mencionado buen momento de Armani tomaría valor a los 44 minutos de la primera final, achicando y tapando, con la pierna izquierda, un increíble mano a mano de Benedetto que pudo haber inclinado la final en favor del local.
Llegó el día de la final definitoria, en el Monumental, aunque lo que pudo haber sido una fiesta, para cualquiera de los dos clubes, resultó en un nuevo incidente lamentable de la historia del fútbol argentino: el micro de Boca tomó un camino incorrecto guiado mal por la policía y pasó frente a la gente de River, que lo atacó con piedras.
Uno de los jugadores más afectados fue el volante Pablo Pérez, que fue retirado del ómnibus con una gasa tapándole un ojo, al tener pedazos de vidrio en el mismo, y el partido fue suspendido hasta nuevo aviso.
Cinco días después, desde la Conmebol se confirmó una noticia inesperada: intentando atraer al simpatizante europeo, y ofreciendo ni mas ni menos que un Superclásico, la final de la Copa Libertadores de América se mudó a Europa, más precisamente al imponente estadio Santiago Bernabéu, propiedad del Real Madrid español.
Así lucia el Santiago Bernabéu para la final entre River y Boca
La fecha del partido definitorio fue fijada para el 9 de diciembre de 2018, fecha que los Millonarios nunca olvidarán.
Ante un estadio colmado, presenciando una llegada masiva de argentinos a la ciudad madrileña, el primer gol de la noche europea llegó a los 43 minutos.
Benedetto recibió un buen pase entre líneas, se deshizo del defensor Jonathan Maidana y encaró a Armani nuevamente, venciéndolo esta vez con un tiro al primer palo. Luego llegó la provocación: lengua afuera y empujón al defensor Gonzalo Montiel, antes de un festejo desenfrenado.
River pudo volver a igualar la serie a los 22 minutos, luego de una gran asociación por derecha entre los volantes Ignacio Fernández y Exequiel Palacios, culminada con un derechazo cruzado de Pratto, goleador de la final con tres tantos.
A partir de ahí, el partido no paró de ponerle los pelos de punta a los hinchas, con un tiro libre indirecto dentro del área desaprovechado por el Xeneize, a los 34 minutos del complemento, y la expulsión del volante Wilmar Barrios, por una dura infracción en el primer minuto del alargue.
El gol que puso a River en ventaja por primera vez llegó en el tercer minuto del segundo tiempo extra, tras 197 minutos de serie.
El mediocampista colombiano Juan Fernando Quintero recibió desde la derecha, en el borde del área, y metió un zurdazo con una potencia impresionante, que impactó en el travesaño y entró, en una conquista inolvidable.
En 29 minutos de alargue se dio una seguidilla de sucesos memorables. Primero, una volea del defensor Leonardo Jara, luego de un pequeño desvió, dejaba fuera de acción a Armani, aunque tocaría el palo antes de irse desviada al córner.
Ese tiro de esquina contó con la subida al área del arquero Esteban Andrada, que no pudo cabecear ante el puñetazo de Armani, que le llegó preciso a Quintero.
Gallardo fue el artífice del River campeón. Hoy no le encuentra la vuelta al River del presente.
El colombiano quiso meter un taco, pero no le salió muy bien y eso desairó al último defensor y habilitó la corrida del Pity Martínez.
El resto es historia conocida. En 121 minutos de la segunda final, Martínez fue protagonista de una corrida memorable a campo abierto, sin más oposición que el esfuerzo del defensor Carlos Izquierdoz a sus espaldas y su propia resistencia física, luego de un partido tan largo.
Todo buen hincha de River se sabe de memoria el relato de Mariano Closs en cada gol a Boca en la final de la Copa Libertadores 2018, sobre todo el del Pity Martínez pic.twitter.com/7P1AmTFA6thttps://t.co/ObzFTPDbRa
— SpiderCARP ??????? (@SpiderCarp23) July 2, 2024
El Pity tiró la pelota larga y la corrió de atrás, empujándola de zurda ante el arco descubierto, naciendo así "Yvael Tercero" por el relato de Mariano Closs y dándole a River una de las finales de Copa Libertadores más memorables de todos los tiempos.
River se quedó con una épica final ante Boca en 2018 y fue el último título argentino.