Ya podés comprar el medicamento para adelgazar que usan actores y estrellas del mundo
Hasta Donald Trump la usó. Además de bajar de peso, a los que la usaron les descendió el colesterol, los triglicéridos y la presión arterial. La mayoría de ellos eran también prediabéticos, pero la administración de semaglutida redujo en un 70% el riesgo de volverse diabéticos
Si aumentar la cilindrada de un motor puede generar más potencia y velocidad, una dosis más alta de un fármaco ya conocido para tratar la obesidad y el sobrepeso permite aventurar resultados similares. Esto es lo que demuestran las investigaciones sobre Wegovy, el nombre fantasía del inyectable semaglutida, que se presentó hoy en el país. La semaglutida ya estaba presente en una dosis máxima de 1 mg/semana bajo el nombre de Ozempic, indicado para tratar diabetes tipo 2. Ahora llega su forma específica para sobrepeso y obesidad, y puede administrarse en una dosis máxima mayor, de hasta 2,4 mg/semana, siempre en forma subcutánea, con aguja de tecnología flex touch para una aplicación más amigable.
La semaglutida es, como sus predecesores, un agonista del receptor GLP-1 de origen biológico, muy similar a la hormona GLP-1 humana, asociada a una mayor sensación de saciedad, lo que disminuye las ingestas y los “antojos”. “Conocemos en profundidad a los análogos de GLP-1, porque hace varios años que vienen usándose. Esta nueva generación con más potencia logra resultados muy contundentes en descenso de peso y mejoras metabólicas; puede ser una gran aliada en el marco de un tratamiento integral. Se vio en todos los estudios clínicos y lo vemos todos los días en el consultorio”, puntualizó Mónica Katz, médica nutricionista y expresidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
“El GLP-1 es producido cuando comemos, pero dura apenas un minuto –agregó la experta–. Lo que la ciencia consiguió es que su acción se prolongue durante 180 minutos, por eso es de aplicación semanal. El GLP-1 retrasa el vaciamiento del estómago y el intestino, pero también activa la zona del cerebro que nos permite decir ‘basta’, es decir, inhibir comportamientos, como por ejemplo comer”. Además, resaltó Katz, la droga está probándose en protocolos para combatir el Alzheimer y también para cesación tabáquica.
El Wegovy, que ahora se vende bajo receta en todas las farmacias del país, viene precedido del estudio “Efecto del Tratamiento con Semaglutida en Personas con Obesidad” (STEP UP) y demostró una reducción del 20% del peso en un tercio de los pacientes, con un 17% en promedio. Otra investigación conocida recientemente mostró que un tercio de los pacientes perdió al menos el 25% de su peso, con una reducción promedio del 21%. Pero esa no es la dosis que se presentó hoy en Buenos Aires, aunque Katz resaltó que ya fue aprobada por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y eso permitiría en teoría la posibilidad de aumentarla.
Wegovy obtuvo un gran espaldarazo cuando Elon Musk reveló, en 2022, que lo había usado para adelgazar. También admitieron ser usuarios Serena Williams, Whoppi Goldberg, Charles Barkley y Kathy Bates, entre otros. Hasta el momento, más de 20 millones de personas en el mundo han utilizado este fármaco, que está indicado para personas con índice de masa corporal (IMC) de 30 o más o bien un IMC de 27 con alguna comorbilidad (hipertensión, hiperlipidemia, diabetes, etc).
Las bondades del Wegovy, sin embargo, no terminan en el descenso de peso: también tiene impacto sobre las enfermedades cardiovasculares y renales. Ernesto Duronto, jefe de la Unidad Coronaria de la Fundación Favaloro, indicó que 40 pacientes argentinos obesos mórbidos participaron del estudio multicéntrico “Efectos de Semaglutida sobre los Resultados Cardiovasculares en Personas con Sobrepeso u Obesidad” (Select). “En todos los casos hubo descenso del colesterol, triglicéridos e hipertensión. La mayoría de ellos eran también prediabéticos, pero la administración de semaglutida redujo en un 70% el riesgo de volverse diabéticos”, detalló.
Otras investigaciones mostraron una reducción del 20% de eventos cardiovasculares mayores (infarto, ACV), además del descenso del riesgo de enfermedad renal y hepática, porque la grasa, que es inflamatoria, se va a acumulando en distintos órganos. Duronto, por otra parte, lanzó una seductora hipótesis, al decir que el fármaco aumentará la expectativa de vida.
En el mundo entero, más del 60% de la población actual tiene kilos de más. Según la Federación Mundial de Obesidad, el número total de adultos que viven con obesidad habrá aumentado en más de un 115 % en 2030 respecto de 2010: pasará de 524 millones a 1130 millones. Las cifras son similares en la Argentina. “Pero, además, en nuestro país cuatro de cada diez niños y adolescentes tienen obesidad, y la obesidad en edades tempranas es predictora de obesidad en la adultez”, advirtió Katz, quien resaltó que el inyectable puede utilizarse a partir de los 12 años.
En cuanto a efectos adversos, los especialistas señalaron que son náuseas, alteraciones en el ritmo evacuatorio, dolor de cabeza y vómitos, y que se disipan con el tiempo. ¿Y qué pasa cuando el paciente desciende lo suficiente de peso y mejoran sus indicadores cardiorenometabólicos? Tanto Duronto como Katz coincidieron en que el tratamiento farmacológico debe continuar, tal vez con una reducción de la dosis, ya que el producto se presenta en 0,25 mg; 0,50 mg; 1 mg; 1,7 mg y 2,4 mg. Katz dijo que el tiempo máximo de uso documentado del fármaco es de tres años y que, si se sostienen los cambios en el estilo de vida, los pacientes no recuperan la totalidad del peso perdido.
En Kairos, una plataforma web de consulta de precios del vademécum local, Wegovy oscila entre $ 296.309 las cuatro lapiceras prellenadas de 0,25 mg para un mes de tratamiento y $ 696.919 las de 2,4 mg. “No están previstos bonos, los pacientes deben ingresar a los programas de nuestro laboratorio –afirmó Gustavo Allievi, director de Acceso al Mercado y Asuntos Públicos de Novo Nordisk, la farmacéutica que lo produce–. Sí estamos en plenas conversaciones con los financiadores, para facilitar el acceso”.
El bonus track de la presentación fue la presencia de Alberto Cormillot. “Estamos en presencia de un medicamento maravilloso, pero hay que cuidarlo. Si no hay una ley y modificaciones más profundas, es difícil enfrentar el problema de la obesidad. Hasta ahora, no existe ningún país del mundo que haya tenido la fuerza para enfrentarse contra una industria muy poderosa: la industria alimenticia”, afirmó.
Fuentes cercanas al laboratorio Elea dijeron a La Nación que lanzarán un medicamento similar a mediados de noviembre y que la dosis de 2,4 mg para un mes costará $ 250.000.