Un fósil de 500 millones de años desvela el enigma de la estrella de mar
Un descubrimiento excepcional en Marruecos revela cómo Atlascystis acantha, un antiguo equinodermo, ofrece la primera prueba evolutiva del fascinante paso de la simetría bilateral a la icónica forma de cinco brazos de las estrellas de mar.
Desde siempre, la estrella de mar ha cautivado con su perfecta y enigmática simetría de cinco brazos. Esta figura geométrica viviente, tan distinta a la mayoría del reino animal, ha sido un misterio para la ciencia: ¿cómo y por qué surgió esta estructura tan particular? Un fósil extraordinariamente conservado, hallado en las montañas del Anti-Atlas en Marruecos, finalmente ofrece una respuesta, documentando el eslabón perdido en esta asombrosa evolución biológica.
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El protagonista de este revelador estudio, publicado en Current Biology, es Atlascystis acantha, un animal que habitó los océanos hace aproximadamente 500 millones de años. Lo distintivo de Atlascystis es que, a diferencia de sus descendientes marinos modernos, su cuerpo exhibe una simetría bilateral, similar a la de los humanos y la mayoría de los animales.
Sin embargo, en su estructura ya se aprecian los ambulacros, esos canales especializados que en las estrellas de mar actuales forman los brazos. En Atlascystis, estos ambulacros estaban dispuestos de forma bilateral, estableciendo un vínculo anatómico crucial con sus parientes estelares.
La investigación, que empleó avanzadas técnicas de imagen 3D y análisis filogenéticos, ha logrado ubicar a Atlascystis en la base del árbol evolutivo de los equinodermos, justo antes de que apareciera la simetría pentarradial.
La clave de esta transformación radica en una secuencia de cambios: los equinodermos más primitivos poseían dos ambulacros, que luego se redujeron a uno solo, para finalmente duplicarse, dando origen primero a tres, y luego a los distintivos cinco brazos. Este patrón de crecimiento, documentado en Atlascystis, muestra cómo una forma corporal extraña y exitosa se gestó en un mundo dominado por la simetría bilateral, revelando un hito en la historia evolutiva de la vida en la Tierra.