Menores aumentos donde más se gana: los cambios en el mapa salarial mendocino

Mientras las ramas históricamente mejor pagas moderaron sus aumentos, sectores como hotelería, enseñanza y servicios personales registraron alzas por encima del promedio.

En un año, la diferencia entre el salario más alto y el más bajo en Mendoza pasó de 9,7 a 7,1 veces.
ECONOMIA

En el último año, los sectores con salarios más bajos fueron los que registraron mayores aumentos en Mendoza. La tendencia, que se observa en datos oficiales, redujo las diferencias entre los extremos de la escala salarial del empleo privado formal en la provincia.

Los salarios del sector privado registrado en Mendoza mostraron una suba promedio del 79,7% entre marzo de 2024 y marzo de 2025, según cifras publicadas por el Ministerio de Economía de la Nación. No obstante, ese incremento no fue uniforme: los sectores que tradicionalmente presentan los niveles de ingreso más bajos fueron los que tuvieron las mayores mejoras, mientras que las ramas con los mejores sueldos mostraron avances más moderados. Esta dinámica derivó en un acortamiento de las brechas salariales entre sectores.

El caso más evidente es el de hotelería y restaurantes, que pasó de tener un salario bruto promedio de $419.699 en marzo de 2024 a $1.001.412 un año después, con una suba del 138,6%. Se trató del ajuste más alto entre todos los sectores relevados. Esta actividad, históricamente ubicada en la parte baja del escalafón salarial, logró posicionarse por encima de otras ramas como enseñanza, agricultura y servicios inmobiliarios.

Sobre este punto, el economista Jorge Day, del Ieral de Fundación Mediterránea, señaló: “Lo de hoteles y restaurantes sorprende porque han tenido un mal año. La explicación está en que sus salarios en Mendoza se igualaron con los de CABA, por una presión gremial. Ese mayor incremento es muy malo para el Interior del país, incluido Mendoza, porque los costos de CABA son muy superiores. Es un salto salarial por única vez”.

Una evolución similar tuvo el sector de enseñanza, donde los salarios brutos promedio crecieron un 124,4% en el período analizado, al pasar de $307.022 a $688.908. También se destacó el comportamiento de servicios comunitarios, sociales y personales no clasificados previamente, con un incremento del 94,9% (de $627.381 a $1.222.828), y el de transporte, almacenamiento y comunicaciones, con una suba del 90,1% (de $943.866 a $1.794.186).

En todos los casos mencionados, el ritmo de crecimiento salarial superó ampliamente al promedio general, lo que permitió a estos sectores recortar parte de la distancia que los separaba de los rubros mejor remunerados. La reducción de la brecha no implica que los salarios se hayan equiparado, pero sí marca una convergencia relativa.

Del otro lado, las actividades con los ingresos más altos fueron las que registraron los ajustes más bajos. El sector de explotación de minas y canteras, que en marzo de 2025 alcanzó un salario bruto promedio de $4.883.359, tuvo un incremento del 44,4% en los últimos doce meses, el más bajo entre todos los sectores analizados. Le siguieron electricidad, gas y agua (71%) e industria manufacturera (74,1%).

En este sentido, Day indicó que “en el caso de petróleo, Mendoza ha tenido un pobre desempeño en producción, a diferencia de Neuquén, con Vaca Muerta. Quizá eso explique su menor crecimiento”.

También se ubicaron por debajo del promedio sectores como comercio mayorista y minorista (74,2%), intermediación financiera (75,2%) y servicios sociales y de salud (75,4%), todos ellos con remuneraciones superiores a la media provincial, pero con aumentos menos dinámicos en el último año.

Para el economista Carlos Rodríguez, la dinámica salarial responde a factores estructurales. “En ausencia de factores institucionales como los salarios mínimos otorgados por el gobierno o los convenios colectivos, los salarios tienden a reflejar la productividad. En la medida en que las actividades tienen mayor productividad, los salarios tienden a aumentar en esas actividades. Es por eso que sectores como minería, petróleo o generación de energía pueden pagar salarios más elevados”, explicó.

Sin embargo, aclaró que en la actualidad “sigue habiendo una intervención importante del gobierno. No es que a través de la oferta y la demanda se nivela, sino que ha habido determinadas anclas en el modelo económico actual. Una es el valor del dólar, que está controlado, y otra son los salarios, que también están regulados. El gobierno no quiere que se les escape porque el argumento más poderoso que tiene por el momento sigue siendo la desaceleración de la inflación”.

Rodríguez también hizo una observación sobre las características del mercado laboral en los sectores más productivos: “Normalmente, los sectores que pagan salarios más altos son sectores oligopólicos. Esos sectores tienen márgenes mayores de ganancia y son más permeables a las demandas de los trabajadores. Además, en actividades donde la curva de aprendizaje es más larga o más compleja, las empresas tienden a pagar mejor para evitar la rotación, porque capacitar a una persona puede ser un proceso largo y oneroso”.

La consecuencia directa de esta evolución fue una reducción en las diferencias salariales entre sectores. En marzo de 2024, el salario más alto (minería) era 9,7 veces mayor que el más bajo (enseñanza). Un año después, esa relación descendió a 7,1 veces. En términos absolutos, la brecha entre ambos extremos creció nominalmente —de $3.075.507 a $4.194.451—, pero el ritmo de crecimiento fue menor en relación con la expansión de los sectores más rezagados.

Los cambios en el sistema salarial

En marzo de 2024, seis sectores se ubicaban por debajo del promedio provincial de $711.749. En marzo de 2025, cinco de ellos superaron el millón de pesos brutos mensuales, y solo uno (enseñanza) quedó por debajo de los $700.000. La agricultura, ganadería, caza y silvicultura, con un aumento del 77,6%, pasó de $374.833 a $665.895, lo que si bien aún la mantiene entre los sectores más rezagados, muestra una mejora significativa.

En paralelo, el salario promedio total del sector privado formal mendocino se ubicó en $1.278.907 en marzo de este año, un 79,7% más que doce meses atrás. La tendencia general marca que las actividades que partían de pisos salariales más bajos tuvieron un mayor margen para mejorar, mientras que aquellas con mejores condiciones iniciales mostraron ajustes más moderados, en muchos casos por debajo de la media.

Más allá de los valores absolutos, los datos permiten observar un cambio en la estructura relativa de los salarios por sector. Actividades que históricamente presentaban ingresos bajos ahora se aproximan al promedio general, mientras que algunas de las mejor posicionadas perdieron distancia respecto del resto, aunque las diferencias siguen siendo muy altas

"Este fenómeno puede tener implicancias en la competitividad relativa entre sectores, en la rotación de trabajadores y en la presión sobre las negociaciones paritarias", explicaron los especialistas. Además, ofrece una señal sobre la recuperación de ramas de actividad intensivas en mano de obra y con fuerte impacto en el empleo local, como la hotelería o la enseñanza.

En síntesis, la evolución reciente del mercado laboral formal en Mendoza muestra una tendencia hacia una mayor convergencia salarial entre sectores. Aunque las brechas persisten, el proceso de ajuste observado entre marzo de 2024 y marzo de 2025 contribuyó a reducir las diferencias y a mejorar, en términos relativos, la situación de los trabajadores de los sectores más postergados.

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