Mendoza generó 2.800 empleos formales en el último año

El dato fue positivo, pero no lo suficientemente alto como para contrarrestar la caída del sector informal. Solo unas pocas provincias evitaron la destrucción de puestos de trabajo registrados.

Mientras el empleo en blanco creció, el mercado laboral informal e independiente se debilitó.
ECONOMIA

La provincia de Mendoza generó 2.825 empleos privados asalariados formales entre marzo de 2024 e igual mes de 2025, pasando de 252.366 a 255.191 trabajadores registrados. Esto dio como resultado una mejora interanual del 1,1%, según datos publicados por el Ministerio de Capital Humano.

El dato contrasta con los resultados publicados por el Indec en base a su Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Según el estudio del organismo, la tasa de empleo de Mendoza bajó de 47,5% a 45,7% entre el primer trimestre de 2024 e igual período de este año. A su vez, el índice de desocupación trepó de 4,8% a 6,9% en ese mismo tiempo.

¿Cómo es posible entonces que se hayan generado más de 2.800 empleos formales? La respuesta es muy simple. El Ministerio de Capital Humano analiza lo ocurrido únicamente en el empleo privado formal, es decir que contabiliza a los trabajadores asalariados que se encuentran en blanco. La EPH, en cambio, incluye también a cuentapropistas y a trabajadores informales, por lo que tranquilamente puede darse una situación como la que se observó en este caso, con la tasa de empleo cayendo, pero el empleo asalariado formal creciendo.

¿Dato positivo o negativo?

Como se mencionó, el empleo privado creció un 1,1% en un año. Ahora bien, ¿es realmente una buena noticia? Los economistas tienen posiciones divididas. Para el economista Nicolás Aroma, el incremento del 1,1% responde más a una comparación con una base muy baja que a una verdadera reactivación. “La mejora surge de comparar el mercado laboral de hoy con el peor momento de la gestión Milei. Aun así, el crecimiento es muy bajo y no alcanza a absorber a la nueva gente que entra al mercado”, explicó. Además, remarcó que la actividad económica se encuentra estancada y que el rebote esperado para 2025 tras el shock recesivo de 2024 “está quedando muy corto", y eso "se empieza a ver en el empleo”.

Según Aroma, la situación se agrava en Mendoza por la caída de sectores clave como el petróleo, el vino y el turismo, y por la falta de crédito e inversión pública. “El fondo de resarcimiento es una caja negra que sirve para tapar huecos, pero no impulsa un crecimiento sostenido”, afirmó.

Desde otra perspectiva, el economista Sebastián Laza, asesor del Gobierno de Mendoza, destacó que la provincia viene mostrando cierta solidez en su matriz de empleo privado registrado. “El año pasado la mayoría de las provincias destruyeron empleo privado en blanco y Mendoza fue una de las cinco que no. Incluso logró aumentarlo levemente”, señaló. A su entender, la diferencia entre los datos del Ministerio de Capital Humano y los de la EPH podría explicarse por una caída en el empleo informal. “El poder adquisitivo aún no se recupera y es posible que más gente esté saliendo a buscar trabajo, lo que presiona sobre la desocupación”, indicó.

En síntesis, mientras las estadísticas oficiales marcan una suba en el empleo formal privado, el resto del mercado laboral mendocino muestra señales de debilidad. La brecha entre las distintas formas de medición vuelve a poner en evidencia la complejidad del escenario económico actual: una provincia que resiste mejor que otras, pero cuyo crecimiento, por ahora, luce insuficiente frente al deterioro general del mercado de trabajo.

Cómo le fue a las otras provincias

Si se pone la lupa a nivel nacional, el desempeño de Mendoza aparece como moderadamente positivo en un contexto donde la mayoría de las provincias perdieron empleo privado formal. Santa Cruz, por ejemplo, lideró las caídas con un desplome del 9,7%, seguida por Salta (-4,7%), Misiones (-4,0%), La Rioja (-3,3%) y La Pampa (-2,7%). También registraron retrocesos significativos Catamarca (-2,2%) y varias jurisdicciones grandes como Córdoba, CABA y Buenos Aires, aunque con bajas más leves, de entre 0,2% y 0,4%.

Del otro lado, las mejores performances se observaron en Neuquén (+3,6%), Corrientes (+2,5%) y Jujuy (+1,2%), con Mendoza ubicándose apenas por debajo (+1,1%). También se destacaron Formosa y Tierra del Fuego, con un crecimiento del 1%, mientras que provincias como San Juan, Tucumán y San Luis mostraron mejoras más moderadas.

Este panorama refleja la disparidad de situaciones productivas en el país: mientras algunas economías regionales lograron sostener o incluso incrementar su nivel de empleo formal, otras enfrentan contracciones marcadas en un contexto nacional aún atravesado por la recesión y la incertidumbre macroeconómica.

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