Llantos y abrazos en la Plaza de los Rehenes de Tel Aviv
Miles de personas se congregaron para ver en pantallas gigantes la liberación de los últimos cautivos; críticas a Netanyahu.
Después de una noche de trepidación, insomnio y expectativa, Israel amaneció con la noticia más esperada en más de dos años. Poco antes de las 8 de la mañana, hora local (las 2 de la Argentina), comenzaron a concretarse las primeras liberaciones de rehenes en manos de Hamás, tras 737 días de horror desde el ataque del 7 de octubre de 2023. Minuto antes del mediodía, todos los cautivos con vida ya estaban bajo custodia israelí.
La información de que los cautivos estaban siendo entregados a la Cruz Roja y luego al Ejército israelí (IDF) desató una ola de emoción en todo el país. En la llamada “Plaza de los Rehenes”, en Tel Aviv, estallaron los aplausos, los cantos y los abrazos. Era el principio del fin de una pesadilla.
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Después de 738 días de guerra, espanto y angustia, el acuerdo firmado entre Israel y Hamás contra viento y marea de los últimos días y un compás de espera dramático, podía celebrarse el fin de la pesadilla, el fin del infierno. Y, si todo va bien, el inicio de una nueva etapa para Medio Oriente.
Del otro lado, Israel liberó a los 1.900 prisioneros palestinos que estaban contemplados en el marco del intercambio.
En la “Plaza de los Rehenes”, epicentro de la lucha por traer a todos a casa, comenzaron a llegar ríos de gente desde temprano, para acompañar con música, mensajes de esperanza y afecto el compás de espera.
Los primeros siete rehenes identificados fueron Alon Ohel, Matan Angrest, Gali y Ziv Berman, Guy Gilboa-Dalal, Eitan Mor y Omri Miran. Sus imágenes comenzaron a circular en las pantallas gigantes mientras las banderas israelíes y amarillas —símbolo del reclamo por los cautivos— flameaban sin descanso.
“Están todos de pie y caminando”, anunció una locutora en la plaza, provocando aplausos, ovaciones y llantos de emoción entre la multitud, tan grande que, como el sábado pasado, las conexiones funcionaban mal. A diferencia de liberaciones anteriores, tal como se había estipulado, no hubo shows ni ceremonias de despedidas de militantes de Hamas encapuchados. Sino que, en lo que fue tildado de “operación política”, los terroristas concedieron a varios de los trece rehenes que iban a salir en la siguiente tanda, comunicarse con sus familiares.
Fue así que, causando nuevos aplausos y ovaciones y después de que a las 9 anunciaran que los primeros siete rehenes estaban ya en manos de la IDF, apareció una foto de los dos hermanos argentinos David (34) y Ariel (28) Cunio tomada de un celular, cuando pudieron comunicarse con sus familiares.
Poco después, la voz de su madre, Silvia, anunciaba, al borde de las lágrimas, que había hablado con sus chicos. “No podía escuchar nada, solo los vi en el teléfono y lucían bien, no podía escuchar nada, pero estaban bien”, contó, en uno de los momentos más esperados, que volvió a llenar de euforia la Plaza.
Más tarde, en medio de parlantes que agradecían con oraciones tradicionales y pasaban una y otra vez el himno de los rehenes, con la emoción en las estrellas, se anunció la liberación de una segunda y última tanda de rehenes. Podían verse en las pantallas de la Plaza imágenes de vehículos de la Cruz Roja moviéndose en medio de la devastada Gaza.
A las 10.55, causando el mayor estallido de júbilo, la locutora anunció que “todos los rehenes vivos” ya estaban libres. En la segunda tanda se encuentran los tres argentinos David y Ariel Cunio y Eitan Horn, de quienes al momento no hubo imágenes. Además, Avinatan Or, Bar Kupershtein, Elkana Bohbot, Evyatar David, Maksym Harkin, Matan Zangauker, Nimrod Cohen, Rom Braslvaski, Segev Kalfon, and Yosef-Chaim Ohana.
A las 11.50 todos se abrazaron cuando se anunció que también los 13 rehenes de la segunda tanda se encontraban ya en territorio israelí.
Los rehenes recibieron atención médica y luego fueron trasladados a distintos hospitales, donde se estaban reuniendo con sus familiares tras más de dos años durante la tarde.
Más tarde, se conocieron las primeras imágenes de los hermanos Cunio y de Eitan Horn en libertad, que fueron celebradas por su familia.
“Tras 738 largos y difíciles días en cautiverio de Hamas, Eitan regresa a casa. Ahora nuestra familia nuclear está completa. Hoy, Iair, liberado en febrero de 2025, por fin puede respirar y sentirse verdaderamente libre. Nuestro Eitan cruzó la frontera y regresó a Israel tras más de dos años de infierno”, dice la familia en un comunicado.
“Lo esperamos con abrazos y mucho amor, y lo acompañaremos durante todo el proceso de recuperación. Estaremos a su lado todo el tiempo que sea necesario, y le diremos cuánto luchó la sociedad israelí por él y por todos los rehenes”, agrega el texto, que completa: “Nuestros corazones no están completos, y nuestra lucha no ha terminado. Eitan ha regresado, pero no es suficiente. Solo cuando regrese el último rehén podremos decir que hemos cumplido con nuestra misión y nuestra obligación moral”.
El acuerdo sellado entre Israel y Hamas -bajo presión de Estados Unidos y con la mediación de Qatar, Egipto y Turquía-, en negociaciones más que complejas en Sharm El-Sheik, implicó un alto el fuego, una retirada parcial de las fuerzas israelíes de la Franja, en una primera fase que incluyó el canje con unos 2000 presos palestinos.
También se espera el regreso de otros 28 rehenes que han muerto (entre ellos, el argentino Lior Rudaeff, conductor de ambulancias y médico voluntario de 61 años).
El Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas señaló que solo cuatro de esos 28 cuerpos serán entregados este lunes, pese a que el acuerdo contemplaba a la totalidad.
“Esto representa un flagrante incumplimiento del acuerdo por parte de Hamas. Esperamos que el gobierno de Israel y los mediadores tomen medidas inmediatas para rectificar esta grave injusticia”, dice un comunicado del foto.
“Las familias de los rehenes fallecidos atraviesan días especialmente difíciles y llenos de profundo dolor. No abandonaremos a ningún rehén. Los mediadores deben hacer cumplir los términos del acuerdo y garantizar que Hamas pague el precio de esta violación”, termina el texto.
La semana pasada, ya había trascendido que no iba a ser posible la entrega de todos los cuerpos debido a que algunos no están localizados.
Más tarde, el grupo terrorista Hamas confirmó que serán cuatro los cuerpos entregados este lunes y los identificó: Guy Illouz, Yossi Sharabi, Bipin Joshi y Daniel Peretz.
A las 9.44, las pantallas mostraron el Air Force One del presidente estadounidense, Donald Trump, que sobrevoló la plaza, aterrizando en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv. Y, como había ocurrido el sábado pasado en la última gran manifestación, hubo aplausos y ovaciones: “Thank you, Trump! Thank you, Trump!”.
Trump se mostró como aliado de Israel, pero en las últimas semanas se impuso y le dijo “ahora basta”, al cuestionado primer ministro israelí, Benjamin Netanyau. El mandatario estadounidense, para quien la liberación significa un verdadero triunfo político, fue ovacionado en la última gran manifestación en la “Plaza de los Rehenes” de este sábado, en la que su amigo Bibi Netanyahu, en cambio, fue abucheado al grito de “¡vergüenza!”.
El premier israelí siempre fue denostado por los familiares de los rehenes -al principio 250-, que vieron como el líder más longevo de Israel, con tal de mantenerse en el poder por sus problemas judiciales, prefirió lanzarse en la guerra más larga de la historia del país -que causó más de 67.000 muertos y devastación en Gaza-, sin intentar jamás negociar una liberación que todos los analistas creen que podría haberse dado mucho antes.
Trump, cuya imagen, junto a la leyenda “Thank you, Mr. President”, empapelaba todo el país —en Jerusalén una pancarta junto a su foto incluso decía “Ciro el grande está vivo”—, fue recibido por el propio Netanyahu con todos los honores.
También lo esperaba bajo la escalerilla del avión el presidente de Israel, Isaac Herzog. “¡Gracias por todo lo que usted ha hecho para traer de nuevo a casa a nuestros rehenes! ¡Gracias por su compromiso para construir un futuro mejor, de paz, para nuestra región!”, escribió Herzog en su cuenta de X.
En una visita relámpago —casi cuatro horas—, Trump se dirigió a la Knesset para dar un discurso y, más importante aún, se encontrará con rehenes liberados, el gran objetivo del viaje. En una Jerusalén blindada y paralizada para la ocasión, ni bien llegó a la Knesset, Trump certificó el gran logro de su vida. “Este es mi gran honor: un gran y hermoso día, un nuevo comienzo”, escribió Trump en el libro de visitas. Hablando al lado de Netanyahu, el mandatario sentenció: “En lo que a mí respecta, la guerra ha terminado”.
Trump también dijo que Hamas cumpliría con un plan de desarme y, en declaraciones a los periodistas antes de comenzar su discurso, respondió “sí”, sin dudar, cuando se le preguntó si la guerra había terminado.
Después de hablar ante el Parlamento, Trump partirá hacia Egipto para una cumbre junto a otros líderes árabes y de Occidente que respaldaron su plan de paz de 20 puntos, donde escenificará la firma de un acuerdo inimaginable hace una semana.
A último momento, fue invitado a participar también el presidente de la Autoridad Palestina. Mahmoud Abbas. Aunque hay muchas dudas sobre cómo podrán implementarse las demás fases, la expectativa de un Medio Oriente renovado se palpitaba en la comunidad internacional.
Si bien la presidencia egipcia había anunciado que Netanyahu también asistiría a la cumbre sobre Gaza, finalmente eso no sucederá. La oficina del primer ministro dio de baja el viaje por una festividad judía, Simjat Torá, que pone fin a la semana de Sucot.