Las deudas se comen a los salarios: crece la cantidad de morosos en el país
El último informe del Banco Central mostró que la morosidad en el sistema financiero subió a 2,9% en junio, con un fuerte incremento en los créditos al consumo.
El último Informe sobre Bancos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), publicado en agosto con datos a junio de 2025, reveló que la morosidad en el sistema financiero volvió a aumentar y golpea con más fuerza a las familias. El documento muestra que el ratio de irregularidad del crédito al sector privado trepó a 2,9%, lo que implica una suba de 0,3 puntos porcentuales respecto de mayo.
Según el reporte, el incremento se dio de manera generalizada entre los distintos grupos de entidades financieras y estuvo impulsado principalmente por los préstamos destinados al consumo. En detalle, la mora en los créditos otorgados a familias alcanzó el 5,2%, un nivel superior al del mes anterior, mientras que en el caso de las empresas se mantuvo en 1,1%.
Más endeudamiento y más dificultades para pagar
En paralelo al aumento de la mora, el stock de financiamiento al sector privado continúa creciendo en términos reales. En junio, el crédito total a empresas y familias en pesos avanzó 4,2% respecto al mes anterior y acumula un alza interanual de 78,1%. Dentro de ese conjunto, se destacan los préstamos con garantía real (4% mensual) y los destinados al consumo (especialmente tarjetas de crédito y préstamos personales), que muestran un ritmo sostenido de expansión.
Sin embargo, la suba de los salarios no logra acompañar el avance de la deuda. El informe oficial consigna que el deterioro en la capacidad de repago de las familias se refleja en la creciente proporción de morosos. “El coeficiente de mora del crédito a las familias alcanzó 5,2% en el mes, por encima del mes pasado, principalmente por las líneas destinadas al consumo”, puntualizó el BCRA.
Hipotecas y nuevos deudores
Otro dato relevante del informe es la expansión de los créditos hipotecarios. El sistema financiero incorporó en junio cerca de 4.000 nuevos deudores en esta línea, lo que mantiene el promedio de los meses previos. Desde agosto de 2024, cuando comenzó a dinamizarse el segmento UVA, se sumaron alrededor de 30.400 personas al universo de hipotecados, con lo cual el total de deudores de este tipo ronda los 125.000.
El crecimiento de los hipotecarios en UVA, no obstante, se da en un contexto en el que persiste el desafío de la inflación y el rezago de los ingresos. Aunque estos créditos ofrecen plazos largos, su actualización por inflación tensiona la relación entre salarios y cuotas, y puede derivar en mayores riesgos de mora hacia adelante.
Depósitos en alza, pero con desequilibrios
El informe también detalla que en junio el saldo real de depósitos del sector privado en pesos se expandió 3,9% respecto de mayo, impulsado por las cuentas a la vista, que crecieron 7,1% por efecto del pago del medio aguinaldo. Las cuentas a la vista no remuneradas subieron 13,9%, mientras que las que pagan interés retrocedieron 6,8%. Los depósitos a plazo se mantuvieron prácticamente sin cambios (0,2%).
En una comparación interanual, los depósitos del sector privado en pesos aumentaron 20,5%, aunque con un crecimiento mayor en los segmentos de corto plazo, lo que muestra una preferencia por la liquidez inmediata frente a las tasas de interés reales negativas.
De todas formas, el BCRA subrayó que el sistema financiero mantiene un nivel elevado de previsiones contables para cubrir la cartera en situación irregular. Al cierre de junio, estas reservas equivalían a 119% del total de créditos en mora y representaban 3,5% de todas las financiaciones al sector privado. De esta manera, las entidades disponen de un colchón que les permite enfrentar posibles incumplimientos, aunque la tendencia al alza de la morosidad plantea un riesgo creciente.
Un problema concentrado en las familias
Si bien el crédito a las empresas muestra signos de dinamismo y mantiene un nivel de mora bajo, la situación es diferente para los hogares. La combinación de deuda creciente y salarios que no acompañan el ritmo de la inflación se traduce en un mayor peso de las cuotas sobre los ingresos.
El propio BCRA advirtió que “el aumento del indicador resultó generalizado entre los grupos de entidades financieras, con un impacto más significativo en las familias por las líneas al consumo”. Esto refuerza la idea de que el problema de la morosidad se concentra en los hogares y refleja un deterioro de la capacidad de pago.