Hay unos 20.000 árboles muertos o secos en Mendoza
La falta de agua, la longevidad de los mismos y la mala gestión, complican el panorama.
En el Gran Mendoza hay 20.567 árboles muertos o secos sobre un total de 615.000 árboles, según los resultados del Censo de Arbolado Público que abarcaron el Área Metropolitana de Mendoza difundidos en 2023.
Los expertos afirman que una de las principales causas de la sequía y muerte de los ejemplares es la crisis hídrica estructural que atraviesa Mendoza, con más de una década de emergencia por la falta de nevadas en la cordillera.
A pesar de la escasez, persisten problemas en la infraestructura de riego, incluyendo pérdidas por fisuras en acequias y la falta de un sistema de riego por goteo o tecnificado que garantice la distribución equitativa y eficiente del recurso a cada ejemplar.
Amenazas Urbanas y Ambientales
Más allá del agua, la vida de los árboles se ve comprometida por el entorno urbano y los efectos del calentamiento global:
Cambio Climático y Altas Temperaturas: Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas. El estrés térmico debilita a los árboles, haciéndolos más vulnerables a plagas y enfermedades.
Antigüedad y Especie: Una gran parte del arbolado mendocino es longevo y pertenece a especies como el plátano (Platanus hispanica), que si bien es tradicional, es particularmente demandante de agua. Estos ejemplares antiguos han superado su vida útil y se vuelven difíciles de mantener sin un riego abundante.
Plagas y Enfermedades: La debilidad de los ejemplares, sumada a la falta de agua, los hace presa fácil de plagas como la "chinche del plátano" o patógenos que aceleran su declive.
Falta de Planificación y Mantenimiento
La falta de una política integral y constante de mantenimiento agrava el problema.
Poda Deficiente o Ilegal: Las podas excesivas o realizadas fuera de temporada, muchas veces llevadas a cabo por particulares sin supervisión técnica, provocan heridas que son puertas de entrada para hongos y bacterias.
Daños en la Vía Pública: Las obras públicas, la construcción de rampas o el vandalismo (como la colocación de cartelería y clavos) dañan el tronco y las raíces, interrumpiendo el flujo de nutrientes y agua.
Falta de Renovación: Existe un retraso significativo en los planes de forestación y reemplazo. Los expertos instan a priorizar la plantación de especies nativas o de bajo requerimiento hídrico, adaptadas a las condiciones climáticas actuales de Mendoza.
Según los ambientalistas, pasa por una gestión del agua más rigurosa y equitativa, combinada con una urgente renovación del arbolado que apueste por especies más resilientes frente al futuro climático de la región.