El sueño minero de Cornejo y sus medias verdades
Criticaron la falta de inversiones en el sector con razón, pero no han logrado reactivar nada en casi 10 años. La falta de institucionalidad hace más desconfiable el proceso que se realiza con San Jorge.
Los sueños del mandatario Alfredo Cornejo por desarrollar minería en Mendoza arrancaron en los albores de su primer gobierno. La persona elegida para avanzar fue el ex Impsa, Emilio Guiñazú Fader, quien se desempeñó como Subsecretario de Energía y Minería y realizó, durante casi todo el 2016, un enorme trabajo de reuniones con diferentes entidades en el marco del Diálogo Minero.
Con esa iniciativa se buscaba definir las políticas mineras que tendría la provincia, buscando desarrollar más el sector. Se realizaron “más de 70 exposiciones sobre aspectos sociales, legales, económicos, ambientales, institucionales y técnicos, cubriéndose un amplio espectro de temas desde diversos puntos de vista. Dichas exposiciones totalizaron más de 100 horas y fueron seguidas por más de 500 horas de diálogo respetuoso, aunque no libre de debate. Participaron más de 1.500 personas, incluyendo representantes del poder ejecutivo y legislativo, la Dirección General de Irrigación, Universidades, Institutos Técnicos, ONGs, cámaras empresariales, colegios profesionales, profesionales independientes, estudiantes y público en general”, según indica el documento elaborado en octubre del 2016.
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Luego de analizar distintos aspectos de la minería en Mendoza y las limitaciones que se dieron desde 1993, cuando se firmó el Pacto Federal Minero, considerado como el hito que impulsó la actividad en el sector; afirman que “la Provincia dejó de considerar la minería como un sector económico estratégico y se produjo una degradación de todo el sector minero local. Se comienzan a perder una gran parte de los proyectos que habían tenido un fuerte impulso a partir del 2003. En este escenario comienzan a retirarse de Mendoza no solo las empresas de exploración que dejan de trabajar y buscar proyectos, sino también las de servicios que, habiendo alcanzado una magnitud importante en función de las ventajas competitivas de Mendoza (logística, capacitación, etc.) comienzan a mudarse a destinos más amigables con el sector...”
En función de este análisis, se animan a realizar estas afirmaciones:
- La pérdida de oportunidades para la Provincia que podría haber recibido en los últimos 10 años inversiones directas por más de USS 5.000 (cinco mil) millones con la creación de más de 5,000 (cinco mil) puestos de trabajo directos y por los menos 20.000 indirectos de alta calidad, en términos de beneficios y remuneración, registrados, esto sin contar ingresos por regalías e impuestos.
- La diversificación de la economía hacia sectores complementarios, que no utilizan los mismos insumos, no compite por uso de suelo, no responden a los mismos ciclos económicos ni están afectados por los mismos factores exógenos.
- La economía de la Provincia ha crecido menos que el resto de las economías regionales, se ha atrasado en términos de infraestructura y ha perdido peso geopolítico en las mesas de discusión nacional al convertirse proporcionalmente en una economía de poca magnitud en la generación de divisas a través de la exportación de sus productos.
Y agregan: “Indudablemente la Minería podría haber hecho que parte de esta realidad se revirtiera de haber existido un Estado que arbitrase el conflicto y promoviera activamente a aquellos proyectos permitidos dentro del marco legal vigente”.
Hay varios aspectos interesantes en el documento. Como vemos indican que en 10 años no se crearon 5 mil puestos de trabajo directos y 20 mil indirectos, ni llegaron 5.000 millones de dólares en inversiones. Bueno, ¿qué pasó en estos 9 años, entre 2016 y 2025? ¿Llegaron 5.000 millones de dólares en inversión minera?
Y con el empleo, ¿saben lo que sucedió? Algo nos responde el Indec. En el cuarto trimestre 2016, cuando tenían el informe, la desocupación en el Gran Mendoza era del 3,3%. Hoy, al primer trimestre del 2025, subió al 6,9%, un poquito más del 50%. En cantidad de personas se pasó de 14 mil desocupados en el cuarto trimestre de 2016, a 36 mil en el primer trimestre del 2025. Es decir que, en ese lapso de tiempo, la cantidad de personas sin empleo se incrementó casi un 158%. ¿De quién fue la culpa, quién mintió o fue inoperante? De la macro economía, de los antimineros, de la 7722, de Mauricio Macri y Alberto Fernández; ni se les ocurra pensar que algo tuvo que ver Cornejo, Suárez y los funcionarios gobernantes, jamás.
La poca confianza en las instituciones es otro problema para la minería en Mendoza, como también algunos datos débiles o contradictorios que aparecen en el Informe de Impacto Ambiental presentado por San Jorge.
Afirman en ese documento que la cantidad de empleo que generará PSJ no superará los 2.050 puestos en juntando los demandados en la construcción, operación y cierre. El informe dice así: “Para la etapa de construcción, se estima que el personal ocupado será de 1.000 personas, con un pico máximo de 1.200 personas en determinados periodos de tiempo. Para la operación, será de 380 personas en carácter de contratación directa, con un pico máximo de 700 personas, debido a las contrataciones indirectas de personal asociado a la operación. Mientras que para el cierre el personal ocupado será de 100 personas con picos de 150 personas”. Tenemos, 1.200 para construcción, tomando el número mayor; 700 para la operación y 150 para el cierre de la mina: en total son 2.050 entre directos e indirectos. Ahora tanto desde San Jorge como el mandatario Cornejo, afirman que se van a generar 3.900 puestos. ¿Cuál es la verdad? ¿Se equivocaron en el informe? ¿Cuántos otros datos imprecisos han presentado San Jorge? Es fácil hacerse el transparente colgando informes en la web si ponen cualquier dato y no pasa nada.
Tengan cuidado los que postulan que el verdadero enemigo es la desinformación fundamentando así el “miedo” que generan los antimineros. Hay desinformación, tanto desde la empresa San Jorge como desde el Gobierno.
El cornejismo juega con fuego, no tendría que haber ni una duda sobre el Proyecto San Jorge y todavía quedan varias. Pero bueno, optaron por hacer las cosas a su estilo, con ocultismo y medias verdades. El problema es grave, porque es importante que la minería se desarrolle.
Para peor, si los que rebolean números y datos como si nada, si los que escriben y reescriben informes sin problemas; son los mismos que van a garantizarnos los controles a la minería, más delicado se pone todo.
Es que esta gente miente muchas veces. Se animaron a inscribir personas para capacitarla con la promesa de que había 3.500 puestos de trabajo que iba a generar una obra que nunca hicieron: Portezuelo del Viento, una presa que además nunca tendrían que haber iniciado su licitación. ¿Le llamaron a esa gente y le pidieron disculpas por lo menos?
Ojalá al menos tengan la delicadeza de bajar el formulario de inscripción que todavía está activo para poder anotarse y trabajar en Portezuelo. Para verlo hagan click aquí
En el punto 10 de las consideraciones y premisas del informe realizado en 2016 indican que, “la minería por sí misma no es un ‘boleto mágico al desarrollo’ sino que su capacidad de generar desarrollo sustentable es directamente proporcional a la calidad de las instituciones que la regulan y necesita de políticas públicas para desarrollarse correctamente y en beneficio de la comunidad”. Algo de esto está faltando. Contactamos a Emilio Guiñazú Fader, actual CEO de Impulsa Mendoza, para hablar de estos temas, pero prefirió no responder. ¿Se habrá quedado afónico denunciando a la temible oligarquía de Uspallata?
San Jorge va a salir, la Declaración de Impacto Ambiental será aprobada por la Legislatura sin problemas y la construcción comenzará no sabemos cuándo; pero insisto, faltan varios aspectos por aclarar. Por ahora la estrategia sigue siendo el ocultismo y las medias verdades, una característica del cornejismo, entre otras… Continuará…