El poder de una charla médica para dejar de fumar

En este episodio, Ignacio Esteller y Fernando Prato invitaron al cardiólogo Alejandro Saracco para hablar sobre las dificultades que hay que afrontar para dejar el cigarrillo.

ENTRETENIMIENTO

Dejar el cigarrillo suele parecer una batalla imposible. Sin embargo, la ciencia muestra que, en muchos casos, una conversación breve con un profesional de la salud puede marcar un antes y un después.

El cardiólogo Alejandro Saracco, en el marco del podcast Master Class, lo resume con claridad: una simple charla de dos a tres minutos entre médico y paciente puede lograr que hasta un 3% de las personas abandone el cigarrillo. Y si esa conversación se extiende a media hora o más, el impacto puede ser aún mayor.

El secreto está en la información y en la motivación. No se trata sólo de señalar que fumar es dañino —algo que todos saben—, sino de conectar con la persona desde lo que más le importa: su salud, su futuro, su familia, incluso su autoestima. Cada paciente tiene un “disparador” distinto, una llave emocional que puede abrir la decisión de dejar atrás la adicción.

La medicina preventiva juega aquí un rol crucial. El tabaquismo no solo incrementa el riesgo de cáncer, infartos o enfermedades respiratorias, sino que también actúa de forma silenciosa durante años, sin síntomas visibles. Muchas veces el cambio llega demasiado tarde, después de un diagnóstico o de una internación.

Por eso, Alejandro Saracco enfatiza que cada consulta médica debería ser una oportunidad para hablar del cigarrillo, aunque el motivo inicial sea otro. Un chequeo, una guardia o una visita rutinaria pueden transformarse en el momento en que una persona escucha la frase precisa que la motive a dejar de fumar.

El poder de la palabra es, entonces, un recurso terapéutico en sí mismo. Y, a diferencia de los parches, medicamentos o terapias de reemplazo, no tiene efectos secundarios. Solo requiere de tiempo, escucha activa y compromiso.

En un país donde, a pesar de los avances legislativos, todavía el 19% de la población fuma, potenciar estas microintervenciones puede convertirse en una de las herramientas más efectivas y accesibles para reducir la epidemia del tabaco.

Un llamado a la comunidad médica

El Dr. Saracco lo plantea como una responsabilidad compartida: no importa cuál sea el motivo de consulta, siempre hay que preguntar si el paciente fuma. Esa simple pregunta abre la puerta a una conversación que puede salvar vidas. Informar, motivar y derivar a especialistas en cesación tabáquica cuando sea necesario es parte del deber médico. Quizás dejar de fumar no dependa únicamente de la fuerza de voluntad. A veces, basta con que alguien nos diga lo justo, en el momento indicado, para que el cambio comience.

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