El lugar ideal para desconectarse y donde viven solo 30 personas

Antofalla es un pequeño pueblo en el norte del país y cuyo paisaje permite desconectarse de la rutina.

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El norte argentino alberga joyas poco conocidas que merecen ser descubiertas. Entre ellas se destaca Antofalla, un pequeño poblado en Catamarca, ubicado a 3.900 metros sobre el nivel del mar. Este destino es ideal para quienes buscan desconectarse de la rutina y sumergirse en la naturaleza en su máxima expresión. Con una población que no supera los 30 habitantes, Antofalla ofrece 7.000 hectáreas de territorio donde se encuentran el imponente Salar de Antofalla y el volcán homónimo.

El nombre "Antofalla" significa "pueblo donde muere el sol", y su ubicación regala atardeceres increíbles y un cielo estrellado de gran magnitud, creando un espectáculo visual inigualable. El viento y el frío son protagonistas constantes, lo que puede ser un atractivo para los amantes de los climas frescos. Las casas de adobe, típicas de la región, resisten el paso del tiempo y las rigurosas condiciones climáticas.

Lo que hace a Antofalla verdaderamente especial es su desconexión digital. No hay señal de teléfono y el uso de la electricidad es limitado a pocas horas del día, lo que garantiza una tranquilidad y paz absolutas. Los visitantes llegan buscando una experiencia auténtica, lejos de las pantallas y la conectividad constante.

A unos 25 kilómetros del pueblo se extiende el Salar de Antofalla, uno de los más grandes del mundo. Con 150 kilómetros de longitud y una superficie de 500 kilómetros cuadrados, este salar está rodeado de montañas y volcanes que añaden un toque mágico al paisaje. Dentro del salar, las lagunas interconectadas conocidas como Ojos de Campo asombran con sus tonalidades verdes, naranjas y azules, creando reflejos espectaculares de las nubes y la luz. Mientras tanto, el volcán Antofalla, con sus 6.409 metros de altura, se mantiene en plena quietud, vigilando este escenario de ensueño.

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