Desde 2017, Mendoza crea sólo 300 empleos formales por año
Se estima que cada temporada ingresan al mercado laboral unas 5.000 personas. Cómo les fue a las otras provincias y cómo impacta el bajo dinamismo en la desocupación
Según los economistas especializados en temas de trabajo, cada año el mercado laboral debe crecer entre 2% y 3% para captar a la totalidad de personas que ingresan al mundo laboral y, además, achicar un poco la tasa de desocupación. No es una tarea fácil para Mendoza, teniendo en cuenta que el Producto Bruto Geográfico (PBG) de la provincia se contrajo 0,3% en los últimos diez años, según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de Mendoza (DEIE).
De acuerdo con información publicada por el Ministerio de Capital Humano, en los últimos siete años Mendoza creó, en promedio, apenas 300 empleos formales al año. El dato surge de la comparación de la cantidad de ocupados registrados que había en la provincia en diciembre de 2017 (245.692), con los que se contabilizaron en igual mes de 2024 (247.820).
De punta a punta, entonces, se crearon 2.128 empleos en la provincia, lo que se traduce en un incremento total del 0,9%, o bien 0,12% por año, muy lejos de lo que se necesita para garantizar el crecimiento del mercado laboral. De acuerdo a especialistas consultados por El Medio, son cerca de 5.000 las personas que ingresan cada año al mercado laboral mendocino.
Más desocupación
Los números oficiales publicados por el Indec muestran que la desocupación de Mendoza ascendió de 4% en el cuarto trimestre de 2017 a 4,8% en el cuarto trimestre de 2024 (último dato disponible). Eso significa que se produjo un aumento del 20% en la tasa de desempleo en los siete años tomados para el análisis.
En cantidad de personas, la desocupación pasó de 14.800 a unas 25.000 personas (68,9% más). Dicho de otra forma, se sumaron 1.457 desocupados al año en la provincia.
El economista Nicolás Aroma aportó una explicación de fondo para el deterioro en el empleo. El experto recordó que la provincia está estancada hace diez años y alertó sobre las consecuencias económicas de ese escenario. “La baja del PBG es el indicador de por qué la provincia no genera empleo registrado y tampoco informal”, subrayó. Aroma destacó que, si bien la situación macro nacional influye, Mendoza está perdiendo terreno frente a otras provincias, debido a que tiende a caer con mayor fuerza cuando al país le va mal.
Además, el economista criticó la falta de políticas de incentivo a la inversión. “A pesar de la reducción de impuestos que promueve el Gobierno, no se han impulsado medidas que estimulen la inversión, lo que ha derivado en niveles muy bajos de inversión en la provincia”, alertó. Aroma también subrayó el peso del endeudamiento en dólares asumido en 2016, que, desde su punto de vista, ha absorbido recursos significativos a través de intereses, limitando el financiamiento para obra pública y salarios.
Finalmente, mencionó que la estructura productiva y la ausencia de crédito agravaron el problema. “Las actividades dinámicas, como el turismo, generan empleos estacionales con condiciones desfavorables, y la falta de instrumentos crediticios, a diferencia de otras provincias, impide dinamizar aún más el sector privado”, profundizó.
Noelia Garbero, economista de Fundación Ideal, se mostró de acuerdo en relación a la falta de inversión como uno de los disparadores de la mala situación laboral de la provincia, pero puso a la macroeconomía en el centro de la escena.
“La baja capacidad de Mendoza para generar empleo tiene que ver más que nada con una cuestión macro. También hay un tema de composición de la matriz productiva, dado que gran parte de los trabajadores de la provincia se encuentran en sectores como el comercio, servicios inmobiliarios e industria manufacturera, que han sido justamente los que mayor contracción laboral han tenido en los últimos años”, explicó la especialista.
“Durante el 2023, por ejemplo, la economía argentina tuvo una recesión de 1,8% y Mendoza retrocedió 1,6%. Esta contracción de la economía ha afectado la capacidad para enfrentar la economía formal. Además, los sectores que más se recuperaron son justamente los menos empleadores dentro de Mendoza”, continuó.
Por otro lado, Garbero remarcó que la caída en la cantidad de puestos de trabajo formal se tradujo lógicamente en mayor desocupación, pero aclaró que esta situación se ha visto atenuada en la provincia (y también en el país) por un crecimiento de la informalidad. “También hay más cuentapropistas y monotributistas”, indicó.
Sebastián Laza, economista y asesor del Gobierno de Mendoza, coincidió en que la provincia mantiene un nivel de empleo estable, aunque con un ritmo de crecimiento bajo. “En 2024, en sólo seis provincias no cayó el empleo, y una de esas fue Mendoza. Si bien la provincia mantuvo su nivel de empleo, el ritmo de creación es bajo. Mientras la macroeconomía nacional no crezca y no haya un clima de negocios favorable, es muy difícil crear mucho empleo privado”, señaló.
Laza consideró que hay expectativas con el gobierno de Javier Milei, luego de “dos períodos muy malos con Macri y Alberto Fernández, en los que hubo muy poco incentivo para generar empleo e inversiones”. En comparación con otras jurisdicciones, indicó que Mendoza no se vio tan afectada por la caída de la obra pública nacional debido a que “tenía poca obra pública financiada por la Nación y una base productiva que se mantiene”.
También destacó que, a diferencia de provincias como San Juan, donde la eliminación de transferencias nacionales impactó de lleno en los niveles de pobreza y desempleo, Mendoza logró sostenerse. “La desocupación en la provincia está entre el 4% y el 5% de la PEA. En Mendoza, la variable de ajuste más que el empleo son los salarios, que se han caído en relación con el promedio nacional”, explicó.
El panorama nacional
La situación particular de Mendoza no escapa a lo que ocurre a nivel nacional. De hecho, la mala performance de la provincia es mejor que lo que se vislumbra en el país. De acuerdo a los datos oficiales publicados por el Ministerio de Capital Humano, en los últimos ocho años el mercado laboral argentino se achicó 0,2% en el período analizado.
En total, de punta a punta (2017 a 2024) se perdieron 14.555 puestos de trabajo en el país (2.079 por año). Esto pone de manifiesto la mala situación a nivel macroeconómico. Cabe aclarar, que el Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina se contrajo 1,8% en los últimos siete años, de acuerdo con los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
En lo que respecta a la división por provincia, se encuentra que la más afectada entre 2017 y 2024 fue Formosa, donde el mercado laboral se contrajo 14,6% entre 2017 y 2024. En esa jurisdicción se vienen perdiendo 546 puestos de trabajo registrados por año.
Tampoco les fue bien a las dos jurisdicciones más pobladas del país. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), pasó de 1.561.716 puestos de trabajo registrados en diciembre de 2017 a 1.523.006 empleos formales en 2024, lo que se traduce en una contracción del 2,5% (-38.710 empleos). Es decir que en la Capital Federal se están destruyendo 5.530 puestos de trabajo al año.
Provincia de Buenos Aires, por su parte, registró una tímida mejora del 0,2% en los últimos siete años. Por supuesto, al igual que en el caso de Mendoza, el repunte es completamente insuficiente como para darle empleo a todas las personas que se incorporan en el mercado laboral por año. Según los datos oficiales, esa provincia crea sólo 689 empleos por temporada, en un universo de casi 2 millones de trabajadores registrados.
En la cima del ranking se encuentra la provincia de Neuquén, que de la mano de Vaca Muerta muestra un nivel de crecimiento impensado para el resto del país. En diciembre de 2017 esa provincia contaba con un mercado laboral de 113.311 personas. Siete años más tarde, la cantidad de trabajadores llegó a 147.468. Esto quiere decir que en los últimos siete años su mercado laboral forma se agrandó un 30,1%, se incorporaron 34.157 trabajadores y se crearon en promedio 4.880 trabajos en blanco por año.
Es destacable también el caso de Catamarca, provincia que se ha visto impulsada por el desarrollo de la minería, principalmente del Litio. De acuerdo a las estadísticas del SIPA, la provincia norteña pasó de tener 31.043 puestos de trabajo formales en 2017 a 35.949 en 2024. Si bien es un mercado laboral chico y el impacto en cantidad de personas es de sólo 4.906 puestos de trabajo, sí hubo un aumento marcado en la variación porcentual (15,8%).