Argentina: más de 6 millones de ocupados buscan otro empleo o están sobrecargados
Los datos oficiales exponen una creciente desigualdad entre sectores y evidencian que, en muchos casos, tener empleo no garantiza superar la línea de pobreza.
En el último informe de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el Indec reveló que el 16,6% de los ocupados son a su vez demandantes de empleo. Eso significa que, aunque tienen trabajo, se encuentran activos buscando otro. Hay 2,4 millones de personas que se encuentran en esta situación en los 31 principales aglomerados urbanos del país.
Asimismo, el 29,2% se encuentra sobreocupado; es decir que trabaja más de 45 horas semanales. Hay en total 3,97 millones de personas en esa condición.
Entre ambos, entonces, suman 6,37 millones de personas que tienen problemas de empleo.
Los rubros más necesitados
Los números no especifican en qué rubros económicos se desempeñan los sobreocupados y los ocupados demandantes de empleo, pero está claro que quienes más lo necesitan son los de menores ingresos.
En total, hay 16 ramas de actividad que aún tienen ingresos promedio inferiores a una Canasta Básica Total (CBT), lo que significa que los trabajadores no ganan lo suficiente para satisfacer sus necesidades básicas, al menos por sus ingresos laborales.
Entre los sectores más afectados se encuentran la educación, el agro, el comercio y la construcción, cuatro rubros que tienen amplia capacidad de generación de puestos de trabajo.
De acuerdo con estadísticas difundidas por el Ministerio de Capital Humano, el salario promedio de los argentinos a noviembre del año pasado fue de $1.171.490 netos (el último dato disponible corresponde en realidad a diciembre de ese año, pero los valores están distorsionados por el pago de los aguinaldos, lo que los vuelve inviables para el análisis).
Ese mismo mes (noviembre), la CBT alcanzó un valor de $1.001.466. De ahí se desprende que el sueldo medio de los argentinos superó por $170.024 al valor de la canasta básica.
Ahora bien, al analizar los resultados por sector económico, se encuentran realidades muy diferentes. Mientras algunas actividades superan los $3 millones de ingresos netos mensuales, otras obligan a los empleados a tener más de un trabajo en el grupo familiar para llegar a fin de mes.
En la cima del ranking se encuentran los trabajadores de la extracción de petróleo y gas natural, que en noviembre pasado ganaron $4.316.000 de bolsillo. Completan el podio el transporte marítimo y fluvial ($3.310.339) y los trabajadores de la intermediación financiera, con un sueldo neto de $3-267.234.
Muy lejos están las actividades del fondo de la tabla. Los peores pagos son los maestros y profesores, que ganan en promedio $626.748 netos. Le siguen la silvicultura ($646.246), los servicios de hotelería y restaurantes ($689.954) y la agricultura ($714.142).
Se encuentran también entre las actividades de menor ingreso los servicios inmobiliarios ($819.819), el comercio minorista ($837.575) y la construcción ($920.942), siempre hablando de salarios netos.
Las causas de la pobreza salarial
Los últimos datos socioeconómicos del Indec revelaron que el índice de pobreza bajó en el país durante el segundo semestre del año, lo que sugiere que hay menos personas con salarios por debajo de la Canasta Básica Total. Aún así, la situación es alarmante, dado que la pobreza sigue afectando a casi 18 millones de personas en la Argentina.
Lucia Ortega, economista de La Izquierda Diario, explicó que hay dos factores fundamentales que explican los bajos salarios de algunas ramas de actividad. Por un lado, mencionó que rubros como el comercio, la construcción, el agro y el sector de casas particulares tienen poco poder de negociación a nivel paritario. “Esto se debe a que tienen menor organización sindical y gremial. Además, son en su mayoría rubros muy informales, por lo que hay trabajadores que directamente no tienen la posibilidad de negociar aumentos ni ajustes por inflación”, sostuvo la economista.
Por otro lado, indicó, hay casos como el del agro, que por una cuestión de dispersión geográfica no tienen posibilidades de organizarse gremialmente, lo que conduce a que las diferencias con otras ramas de actividad sean cada vez mayores.
“Aumentó mucho la brecha entre sectores en los últimos años y especialmente desde septiembre del año pasado hasta acá. Si bien el Indec muestra que a nivel general hubo una recuperación de los ingresos en relación a la inflación, lo cierto es que hay sectores que han perdido bastante terreno. Se están viendo aumentos mensuales por debajo de la inflación en muchos rubros”, alertó Ortega.
También compartió su opinión Daniel Garro, economista y director de Value International Group, quien aclaró que la proactividad por empleado en Argentina es muy baja, lo que técnicamente conduce a que los salarios sean bajos en líneas generales.
“La productividad sube cuando aumentan las tasas de capitalización, es decir que se invierte más. No hay otra forma de que aumenten los salarios en términos reales. No me refiero estrictamente a cuestiones inflacionarias, sino que con la misma cifra puedas comprar más productos”, apuntó.
En lo que respecta a las brechas salariales entre ramas de actividad, el economista interpretó que se asocian justamente a la diferencia en las tasas de capitalización. “A medida que tenés una economía con tasas de capitalización baja, la diferencia entre sectores se nota más. Hay rubros como el petróleo, la minería y la energía en general que exigen de por sí una alta tasa de capitalización a nivel empresa y a nivel trabajador. Eso hace que los salarios sean sustancialmente más altos que los del resto de las actividades”, agregó el experto.
“Para que esto se resuelva, debe aumentar la tasa de capitalización de las empresas y de los propios empleados”, insistió.