Un estudio de NASA reveló que la Tierra ha perdido su simetría: cuáles son la consecuencias
Este estudio contradice un principio básico del sistema climático: que las nubes y los aerosoles compensaban las diferencias geográficas y mantenían el equilibrio global.
Un estudio de la NASA reveló que el planeta tierra ha perdido su simetría. Debido a esto, el hemisferio norte se está oscureciendo más rápido que el sur. Se ha roto el equilibrio de la Tierra y ya las consecuencias empiezan a hacerse visibles.
El hallazgo, publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), muestra que mientras ambos hemisferios absorben más energía que en el pasado, el norte lo hace a un ritmo significativamente mayor.
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De esta manera, este estudio contradice un principio básico del sistema climático: que las nubes y los aerosoles compensaban las diferencias geográficas y mantenían el equilibrio global.
Las causas del oscurecimiento y las consecuencias
Los investigadores señalan que este fenómeno puede deberse a varios factores combinados, por ejemplo: a la reducción de aerosoles industriales en regiones del norte (fruto de políticas de aire limpio), cambios en la distribución de las nubes (menos eficaces como espejos planetarios), y alteraciones en el uso del suelo y el vapor de agua atmosférico.
Todas estas causas dan como resultado un hemisferio norte más oscuro, que deja pasar más radiación hacia océanos y continentes.
La ruptura del equilibrio energético se refleja en cambios climáticos medibles. Entre ellos, una ralentización de la circulación termoalina (la gran cinta transportadora oceánica), un desplazamiento hacia el norte de la Zona de Convergencia Intertropical y modificaciones en los patrones de precipitación. Esto significa que regiones enteras podrían sufrir sequías más intensas mientras otras enfrentan lluvias extremas.
Estas sequías se deben a que el hemisferio norte se calienta más rápido que el sur, a un ritmo de 0,16 °C adicionales por década e influye en olas de calor, derretimiento de glaciares y en la distribución de lluvias.