“Si el abordaje es punitivo o represivo, será mayor el malestar social”
Explicó que el año pasado, durante 45 días en un hotel no hubo ningún problema con las personas en situación de calle que llegaron ahí.
-Esta semana dijo que hay proyectos faraónicos, que hay mucho de parte de algunos dirigentes en los que no se ve un compromiso con resolver esta situación. Siente que pasa eso, que se busca más el título en el diario, que se busca más el impacto no sé si decir electoral o rédito político, que realmente resolver el problema.
Hay que resolver el problema. Esto no puede ir para la foto, no es para un biri biri para calmar la situación. No, no, no. Hay personas en juego, no son estadísticas, no son números, son personas. No son ladrillos. Digo esto porque hay algo que hemos visto en este tiempo. Debemos preguntarnos ¿con qué abordaje queremos solucionar el tema? La respuesta que damos es que tiene que ser un abordaje de rostro humano. Si es un abordaje represivo, punitivo, será mayor el malestar social, no vamos a resolver nada y se va a generar una desconfianza que no permitirá que las soluciones que queremos se lleven a cabo. Hoy, un problema está en los lugares para ir a dormir porque las personas en situación de calle no quiere ir a los refugios porque no confía. Porque no son ladrillos, yo te veo en la plaza, te cargo en el camión y te llevo al refugio. Son personas, hay que tratarlos de otra forma. Vamos a hablar con las personas en situación de calle para definir qué normas de convivencia vamos a tener para que los refugios sean un lugar digno para todos. El año pasado, en el hotel Huentala, durante 45 días estuvieron 60 personas y no hubo ni un solo conflicto.
-Parece que el intendente de la Ciudad de Mendoza, Ulpiano Suárez, se sintió ofendido. También le tiró la pelota a la Iglesia diciendo que capaz tenían lugares o estructura para alojar a las personas en situación de calle. ¿Qué le genera saber que hay que llegar a este punto?
-Bueno, tuvimos que levantar la voz para que haya una solución del otro lado o para que se pongan a trabajar sobre el tema. Y lo vuelvo a decir y quiero destacar siempre, y lo hago con toda honestidad, la buena disposición de todos los funcionarios. Pero no sé si se calibra la gravedad de la realidad humana del tema. Porque entiendo, hay muchos problemas, hay muchos temas y muy delicados, muchas emergencias sociales. Pero esta situación es muy particular, estamos con personas vulnerables, extremadamente vulnerables. Creo que esto no se termina de medir ni entender.
En febrero empezamos, ¿por qué hemos llegado a esta situación? Por ejemplo, ¿cuánta gente tenemos situación de calle? Y fue lo primero que pedimos, como cualquier terapia; necesitamos un diagnóstico, si el médico le escapa al diagnóstico, perdimos. Era importante que todos manejáramos la misma base de datos, no que Guaymallén tenga una, Capital otra, Las Heras otra, Contingencia otra. Tengamos una base común, tal vez dé un número muy grande, pero evitando repeticiones, se nos disminuye y podemos definir un abordaje, veamos qué respuesta adecuada podemos dar, pero no apareció ese diagnóstico. Y eso creo que es importante, no tener sólo un diagnóstico cuantitativo, sino cualitativo. Tenemos a Juan Verón en tal situación hace 5 años que está en situación de calle. Carolina González, hace tres meses, tiene dos hijos y lo está abordando tal municipio de esta manera. Pero no, unos dicen que no son de su comuna, otros que no son de Mendoza. ¿De esa forma cómo lo abordamos al problema?
Cada persona en situación de calle es un abordaje casi artesanal. No es una única causa por la que llegó a vivir a la calle. Por eso necesitamos ese diagnóstico. Y ahí sería uno de los puntos. Otro, un marco legal que nos permita el abordaje. Hay responsabilidades propias, de la Provincia, de las Municipalidades, de los empresarios, de varios más. Pienso, se podría beneficiar a los empresarios con menos cargas impositivas si capacitan a gente de la calle y le dan trabajo. Es decir, hace falta un marco legal que sostenga y que dé perspectiva de futuro, pero con objetivos, actividades responsables y evaluación periódica.
-Me deja más que preocupado porque si se tiran a la gente que está en situación de calle entre las comunas por la cabeza diciendo que son de uno o de otro, y ni siquiera pueden resolver el problema aun ocupándose de esto, que es un punto en una larga lista de problemas sociales que tiene la gente que la está pasando mal; cuánto falta para superar o empezar a tratar otros temas más de fondo.
-Falta mucho. Por eso es que nos tenemos que organizar. Falta mucho y es preocupante. Es decir, nos ha preocupado que aumentó el número de desocupados.
- ¿Y la posibilidad de avanzar en una suerte de acuerdo social no se tiene en cuenta?
-Ojalá podamos dar un paso a través de esta crisis. Que no es una cuestión partidaria, ni es una campaña electoral, sino que queremos resolver el tema de lo humano que está en la sociedad. Creo que sería una posibilidad, pero también nosotros como Iglesia somos una partecita más del tejido social. Queremos prestar un servicio. Lo nuestro no es contra nadie, pero no podemos callarnos ante la vulnerabilidad, ante la pobreza, ante la injusticia, ante los atropellos. No, podemos callarnos, nos toca poder servir con honestidad y transparencia.