Postergan la apertura de Oktoberfest por una amenaza de bomba
La policía investiga un incendio intencional que dejó también dos heridos graves y vehículos incendiados en un barrio residencial; el alcalde confirmó que no se abrirá el festival de cerveza sin garantías de seguridad.
El festival de la cerveza más grande del mundo, el Oktoberfest, cerró temporalmente sus puertas este miércoles tras una amenaza de bomba vinculada con una explosión registrada en una vivienda en el norte de Múnich, que dejó al menos un muerto y encendió las alarmas de seguridad en toda la ciudad alemana.
Las autoridades anunciaron que la apertura del recinto festivo, previsto en la pradera de Theresienwiese, se retrasaría al menos hasta las 17 horas (hora local), mientras unidades especializadas revisan la zona en busca de posibles artefactos explosivos. El festival reabrió después de que la policía registrara durante horas el predio con perros rastreadores. Los empleados también debieron abandonar el recinto.
La Policía de Múnich informó que la amenaza surgió a partir de una carta encontrada en el lugar de la explosión, donde además se detectaron trampas explosivas que obligaron al despliegue de equipos de artificieros. El alcalde Dieter Reiter (SPD) habló de una “amenaza de bomba confirmada” y advirtió que no se abrirá el Oktoberfest “sin antes realizar las investigaciones necesarias”. En Instagram, agregó: “La policía hará todo lo posible por registrar completamente la Oktoberfest antes de la tarde para garantizar la seguridad. Si no es así, volveré a informar y no abrirá hoy. Lo siento, no hay otra opción, la seguridad es lo primero”.
El incidente comenzó en la madrugada, cuando residentes del barrio de Lerchenau, en el norte de la ciudad, escucharon explosiones y observaron el incendio de una casa. Una llamada de emergencia recibida a las 4.41 (hora local) movilizó a bomberos y policías, que encontraron una vivienda en llamas, una camioneta completamente calcinada y, más tarde, a una persona herida junto a un lago cercano, quien murió poco después. En el mismo lago fue necesaria la intervención de expertos en desactivación de explosivos y a primera hora de la tarde se produjo una detonación controlada como parte del operativo.
El barrio de Lerchenau, habitualmente tranquilo, se vio sacudido por la violencia del episodio. Vecinos relataron haber escuchado varias explosiones hacia las 17 de la madrugada y observar llamas, humo y un fuerte olor a quemado que se percibía a gran distancia. “Me desperté sobre las 5 porque se oyó un estruendo varias veces”, contó un residente. Otra vecina aseguró que “están evacuando toda la calle”, en referencia al inicio del amplio operativo policial que generó embotellamientos en la zona.
De acuerdo con la policía, la explosión estaría vinculada a una disputa doméstica, aunque no se descarta un trasfondo político. En el lugar se hallaron trampas explosivas, lo que llevó a la evacuación de un radio de 200 metros alrededor de la vivienda y a la suspensión de las clases en una escuela secundaria próxima. El despliegue incluyó fuerzas policiales fuertemente armadas y alrededor de 100 bomberos. La investigación apunta a que el fallecido podría ser el propio sospechoso, aunque esto aún no fue confirmado. Según el tabloide Bild, la vivienda incendiada pertenecía a los padres del sospechoso, aunque esta información no fue confirmada oficialmente.
Además de la persona fallecida, hubo dos heridos graves encontrados en la casa incendiada y en sus inmediaciones. También se incendiaron otros dos automóviles en calles cercanas, además de la camioneta hallada frente a la vivienda. Otra persona vinculada al caso permanece desaparecida, aunque las autoridades descartaron que represente un peligro inmediato para la población.
La dimensión del operativo fue notable: un centenar de policías y bomberos aseguraron la zona, mientras se investigan posibles conexiones entre el presunto autor, la carta de amenaza y otros incidentes ocurridos en Múnich. La policía también mencionó que se analizan vínculos con movimientos antifascistas, luego de que en la madrugada se publicara un texto en el portal indymedia.org titulado “Antifa significa ataque”. En ese comunicado, presuntamente relacionado con la acción, se reivindicaba la quema de vehículos de lujo y se mencionaba que “el paseo matutino de un fascista no acabó especialmente bien”.
Más tarde, sin embargo, los investigadores aclararon que “el sospechoso no tiene ninguna relación con Antifa”.
El festival, inaugurado el 20 de septiembre, tenía previsto continuar hasta el 5 de octubre. La clausura temporal supone un golpe a la organización y a la economía local, aunque tanto la policía como el ayuntamiento insisten en que la medida es “indispensable” para evitar riesgos mayores.
El recuerdo de incidentes violentos pasados, como el atentado del 26 de septiembre de 1980 en el mismo Oktoberfest, en el que murieron 13 personas, permanece presente en la memoria colectiva alemana y contribuye a reforzar la prudencia de las autoridades. “No podemos arriesgarnos”, repitió el alcalde al anunciar el retraso de la apertura.
Hasta la tarde del miércoles, las fuerzas de seguridad continuaban registrando el predio del festival y sus alrededores. La Policía de Múnich señaló en un comunicado que “se investigan posibles conexiones con otros lugares de la ciudad, incluido Theresienwiese”, y pidió a los ciudadanos mantenerse atentos a las indicaciones oficiales.