Por qué sube el oro y cómo comprar desde Argentina

El metal precioso vuelve a brillar con fuerza y se consolida como refugio frente a la inflación, la incertidumbre política y las tensiones globales. En lo que va del año, su precio aumentó más de 30% en dólares.

La cotización del oro superó los USD 4.000 por onza en las jornadas del martes y miércoles
ECONOMIA

El oro retomó su protagonismo en los mercados globales durante 2025: cada día más analistas, inversores institucionales y particulares miran su cotización con atención, mientras el metal trepa a niveles que parecían reservados al pasado. Pero detrás de esa alza hay causas profundas.

La fuerza que impulsó al oro en este tramo no responde a un solo detonante, sino a la confluencia de varios factores estructurales y coyunturales.

Primero, la inflación global —muy presente en economías desarrolladas y emergentes— erosiona el valor real del dinero. En ese contexto, quienes temen que sus monedas pierdan poder adquisitivo buscan alternativas que históricamente han mantenido valor: y el oro cumple ese rol protector. En otras palabras, es similar al mecanismo que se ve dentro de la Argentina con el dólar. Cuando hay incertidumbre, como la que se vive hoy en el mercado de las elecciones legislativa, los ahorristas e inversores tienden a refugiarse en el dólar, lo que provoca que suba su precio. 

Por otro lado, la política monetaria en economías clave está bajo escrutinio: en EE. UU., Europa y otras potencias existe expectativa de que los bancos centrales comiencen a recortar tasas ante el desgaste económico. Esa posibilidad debilita los rendimientos de activos tradicionales, lo que reduce el costo de oportunidad de tener oro —un activo que no paga intereses. Es por eso que incluso la expectativa de recortes puede alimentar compras anticipadas.

Un tercer motor proviene de la demanda de actores institucionales, especialmente bancos centrales. Países que durante años acumularon reservas en dólares hoy diversifican hacia metales preciosos como señal de seguridad. Aquellas compras oficiales de oro pesan mucho en el volumen global que absorbe el mercado.

También hay un componente geopolítico: cuando emergen crisis internacionales, conflictos o amenazas en cadenas de suministro, el oro se activa como refugio seguro frente a activos más expuestos, como acciones, bonos o divisas volátiles. En esos momentos emergen los “compradores de pánico” que actúan de modo simultáneo en distintos puntos del mundo, empujando al oro.

No puede soslayarse la relación inversa que mantiene el oro con el dólar: cuando el dólar se debilita frente a otras monedas, el oro, al cotizarse generalmente en dólares, se vuelve más barato para compradores con otras divisas, lo que incentiva demanda externa. Esa dinámica de tipo de cambio puede amplificar movimientos alcistas locales.

Por último, la oferta del oro es relativamente rígida: extraerlo, certificarlo y acopiar reservas conlleva años de inversión y riesgo exploratorio. Esa limitación estructural significa que, ante una demanda en expansión, el precio reacciona con fuerza al alza.

En conjunto, esos impulsores han llevado al oro a crecer más de 30% o incluso 40% en dólares en lo que va del año, superando a muchos mercados bursátiles y despertando un renovado interés.

Cómo comprar oro desde Argentina

Una vez claros los motores del precio, la pregunta práctica es inevitable: ¿cómo puede alguien en Argentina incorporarse a esa tendencia? Una opción, es “tener el metal en mano”. En Argentina existen distribuidores, casas numismáticas, joyerías especializadas y bancos que ofrecen oro para inversión. El comprador debe exigir certificaciones de pureza (normalmente 99,5 % o más), factura legal y garantía de peso. En grandes sumas, muchos locales pedirán documentación sobre el origen de los fondos, pues la normativa contra lavado de activos obliga a registrar operaciones que superen ciertos umbrales.

Sin embargo, esta modalidad conlleva costos adicionales: almacenamiento seguro, seguro contra robos, transporte, custodia y la dificultad de revender en momentos óptimos sin perder en márgenes.

La vía más accesible hoy es la que evita manejar metal físico. En la Bolsa de Buenos Aires opera el Cedear GLD, un certificado local que replica al "ETF SPDR Gold Shares" -un fondo que tiene respaldo en lingotes reales. Comprar ese Cedear permite exponerse al precio internacional del oro sin tener que importar ni custodiarlo. Su cotización en pesos incorpora la evolución del metal y el tipo de cambio implícito. Para adquirirlo basta con tener una cuenta en un agente de Bolsa argentino.

También están disponibles Cedears de compañías mineras de oro (como Barrick o Harmony), que ofrecen exposición indirecta: estos valores pueden subir más que el oro en momentos de alza, pero también bajan más si la empresa atraviesa dificultades, porque intervienen factores operativos, gestión y deuda empresarial.

Al invertir en instrumentos bursátiles se evita gran parte del riesgo logístico, pero se asume exposición al mercado financiero local (costos de corretaje, impuestos, fluctuaciones del dólar paralelo) y la correlación no es perfecta.

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