Pese a las altas tasas de interés, los préstamos crecen 90% anual en Mendoza

La menor demanda del Estado, la suba de los depósitos y el redireccionamiento de fondos hacia el sector privado explican este cambio de tendencia

En el último año han crecido tanto los préstamos personales como los destinados al sector empresario.
ECONOMIA

Pese a que las tasas reales –es decir, descontada la inflación– se ubican en niveles históricamente elevados, el crédito bancario en Mendoza y en todo el país muestra un fuerte dinamismo. Según un informe del Ieral (Fundación Mediterránea), los préstamos al sector privado crecen a un ritmo cercano al 90% anual, un comportamiento que contrasta con la contracción observada entre 2018 y 2023.

“La tendencia cambió a partir del segundo trimestre de 2024. Los préstamos bancarios vienen creciendo fuertemente, con tasas reales positivas y, a veces, muy altas”, explicó Jorge Day, economista del Ieral y autor del informe. Esta expansión está vinculada, en parte, a una mayor disponibilidad de fondos en los bancos, producto de la menor demanda de financiamiento por parte del Estado nacional, que en los últimos meses mejoró su resultado fiscal y redujo su necesidad de emisión monetaria.

Además, se registró una suba significativa en los depósitos del sector privado, que crecieron un 30% en apenas nueve meses. Aunque en los últimos dos meses se observó una leve retracción, atribuida a la incertidumbre cambiaria, el saldo sigue siendo positivo.

“Desde mediados de 2018, cuando se produjo una crisis, los préstamos venían en caída libre hasta inicios de 2024. Luego cambió la tendencia y se incrementaron al 93% anual, partiendo de un piso muy bajo. Mendoza ha seguido el mismo ritmo nacional”, detalló Day.

Una de las claves del fenómeno está en la reorientación del crédito bancario. Los bancos dejaron de canalizar sus fondos hacia letras del Banco Central –actualmente reemplazadas por LEFIs, títulos del Tesoro que el propio BCRA rescata– y empezaron a redirigir su liquidez hacia el sector privado.

Créditos más caros, pero más disponibles

La mejora en los rendimientos para los ahorristas, producto de la baja en restricciones financieras, también explica las mayores tasas a pagar por los tomadores de préstamos. A pesar del alto costo, el crédito no se frenó. “La gente toma préstamos igual. Son de corto plazo. Se fijan si lo pueden pagar, y no tanto en la tasa”, afirmó Day.

Según su estimación, el Costo Financiero Total (CFT) actual puede superar el 100% anual. “Si la inflación está en el orden del 20% anual, deberían bajar. Que el CFT sea del 100% es demasiado alto. Las tasas de interés deberían ir a la baja”, consideró.

El economista también recordó que la tasa de interés en pesos no puede analizarse sin considerar la internacional, el riesgo país y la expectativa de devaluación: “Un bono debería pagar la tasa que paga EEUU (5%), más el riesgo país (700 puntos básicos), más la tasa de devaluación esperada, que hoy puede rondar un 20%. Todo eso suma 32% como mucho”.

¿Quiénes toman crédito en Mendoza?

A nivel provincial, el fenómeno es generalizado. Aumentaron tanto los préstamos a personas como a empresas, con subas en todos los sectores. Uno de los casos más llamativos es el de la construcción, que a pesar de haberse visto muy afectada por la caída de la obra pública, mostró uno de los mayores incrementos en el volumen de créditos tomados.

También hubo un buen desempeño en los servicios. En cambio, sectores como la vitivinicultura –afectada por bajos precios de la uva– y otras industrias no bodegueras registraron aumentos menores.

“Durante 2018-2023, con tendencia decreciente en préstamos, caían mucho más aquellos destinados a personas. Posiblemente, por la licuación de sus salarios, que aumentaban menos que la inflación. A partir del segundo trimestre de 2024, vienen incrementándose tanto los préstamos a personas como a empresas”, indica el reporte del Ieral.

Lo que viene

De cara al futuro, la evolución del crédito dependerá de la estabilidad macroeconómica. Si se mantiene la actual política económica, con baja inflación y un Estado que no requiere endeudarse excesivamente, se espera que los préstamos sigan creciendo. La demanda potencial es alta: el nivel de crédito en relación al PBI es aún muy bajo en Argentina.

Las tasas, sin embargo, seguirán siendo una incógnita. Podrían moderarse si baja el riesgo país y las expectativas de devaluación. Pero como recuerda Day, aún en contextos de mayor estabilidad, como en los años noventa, los costos del crédito en Argentina se mantuvieron relativamente altos.

Otro factor que podría incidir es el encarecimiento del país en dólares, lo que complicaría a sectores exportadores como la vitivinicultura. “Pero podrían beneficiarse si las tasas en dólares también bajan”, apuntó el economista.

En suma, en un contexto todavía volátil pero con signos de ordenamiento, el crédito vuelve a emerger como una herramienta posible, aunque no exenta de riesgos. La clave estará en el equilibrio entre necesidad y costo, y en la capacidad del sistema financiero de sostener la recuperación en un país donde, durante años, el crédito fue un recurso escaso.

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