Para la Mediterránea la economía esta en modo electoral
Afirman que tras los comicios, habrá mayor dinámica en la acumulación de reservas y llevará, flotación cambiaria mediante, a un tipo de cambio más alto.
Aunque la economía va en en la dirección correcta, habría aún mucho por corregir, a juzgar por lo que expresaron en una mini rueda con periodistas los economistas de la Fundación Mediterránea. Para estos expertos, la economía entró en modo electoral y hay que seguir muy de cerca el riesgo país, el dólar y el nivel de actividad.
Osvaldo Giordano y Jorge Vasconcelos apuntaron que el resultado de las elecciones para un gobierno tan débil en el parlamento es clave para las reformas impositiva, previsional y laboral para después de los comicios de octubre.
“Son reformas que requieren liderazgo nacional, pero compromiso de las provincias. El desafío es salir del cortoplacismo y construir consensos después de octubre. Luego de las elecciones debe disiparse el clima confrontativo".
Giordano aclaró que “es exagerada la expectativa que genera la mayor capacidad de maniobra que tendrá el oficialismo en el Congreso triunfando en octubre. De cara a un proceso reformador el fortalecimiento tendrá impactos positivos, pero, como ocurre ahora, los proyectos de ley seguirán necesitando el aval de parte de la oposición para que prosperen. El punto más desafiante es que en la enorme mayoría de los casos la implementación de las reformas depende de decisiones de las provincias”.
Puestos a definir qué puede pasar con el dólar, soltaron: "Es muy probable que, superada la instancia eleccionaria, se opte por una estrategia menos conservadora, y eso permitirá una mayor dinámica en la acumulación de reservas y llevará, flotación cambiaria mediante, a un tipo de cambio más alto.
El déficit de cuenta corriente, que alcanzó US$ 5.200 millones en el primer trimestre del año y expresa no solo los vencimientos de US$ 11.000 millones sino los aumentos de importaciones y salida de divisas por el turismo, es otra luz amarilla.
Y la resistencia a la baja en el riesgo país, que debiera situarse en 500 puntos en vez de los 700 actuales, fue mencionado reiteradamente como una fuerte preocupación.
Hacia delante, Vasconcelos apostó por una Vaca Muerta cuyo efecto multiplicador aún no se despliega a fondo. “Cuando lleguen inversiones y lo logre sectores industriales tendrán una significativa ventaja competitiva por el uso del gas, como sucedió en EE.UU. cuando desplegó el shale”.
Mientras tanto, hasta superar las elecciones, “irá en creciente ebullición la puja política y se acentuará en materia económica la cautela entre los agentes económicos. Es probable que, dentro de los factores que explican la resistencia a la baja del riesgo país, este clima de expectativa sea de los más importantes. Hay incertidumbre no tanto por el resultado de la elección, donde se pronostica un triunfo del oficialismo, sino con relación a cuál será la estrategia del gobierno una vez que se valide ante el electorado”, sostuvo Giordano.
En cuanto a la economía real detectan que la etapa de recuperación de la producción y los ingresos de la población fue muy rápida. Pero a medida que pasa el tiempo se van sumando signos de aletargamiento.
Para Vasconcelos, se tiende a confirmar "la idea del techo de cristal para el crecimiento, con un PBI que en el primer trimestre de este año alcanzó el pico del cuarto trimestre de 2017, con una inversión que todavía se ubica un 4,4% por debajo. La economía requiere dosis adicionales de financiamiento externo, en el contexto del ascendente déficit de la cuenta corriente del balance de pagos”. Eso sí, coincide con sus colegas que este 2025 termina con una recuperación del PBI en torno al 5%.