Pampita en shock tras el robo a su casa
Tras la captura de ocho sospechosos, la modelo y conductora relató los detalles del violento robo en su domicilio. Aseguró que las cámaras registraron todo y desmintió rumores sobre una "operación política".
La modelo y conductora Pampita rompió el silencio luego de que la policía lograra dar con ocho de los presuntos delincuentes que ingresaron a robar a su casa el pasado viernes. En diálogo con Puro Show, la mediática expresó el profundo shock que le causó el asalto, al que describió como una "invasión" a su intimidad.
El robo ocurrió el viernes a las 9:30 de la noche, y los ladrones permanecieron en el lugar hasta las 4 de la mañana, un lapso de tiempo que fue captado en su totalidad por las cámaras de seguridad. Pampita relató el caos que se encontró en su hogar: "El desorden de la casa, recién anoche pudimos terminar de ordenar con un montón de gente que vino a ayudar porque no había quedado un cajón con algo adentro".
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La modelo también hizo hincapié en el daño material y emocional. Reveló que los ladrones reventaron las ventanas, a pesar de ser de vidrio antirrobo, dejando la casa llena de vidrios rotos. Visiblemente afectada, mencionó el impacto de la situación en sus seres queridos: "La gente que está en mi casa está hace años conmigo y yo confío, cuidan del tesoro más grande que son mis hijos".
El rumor sobre una "operación política" y las fotos de Blanca
Ante las especulaciones sobre una posible "operación política" detrás del robo, Pampita fue contundente y desmintió cualquier vínculo con actividades ilícitas. "Yo no tengo cosas extrañas, no me junto con narcos ni tengo cuentas offshore", afirmó, sugiriendo que el rumor podría ser un invento.
En un momento de gran emotividad, la conductora se refirió a la recuperación de sus celulares, que contenían las preciadas fotos de su hija Blanca. El rescate de estos dispositivos era lo único que le importaba de la caja fuerte. Relató que la persona que los recuperó no quiso aceptar una recompensa, lo que la conmovió profundamente. "Le di un abrazo, le mandé bendiciones, se le llenaron los ojos de lágrimas, yo lloraba. La persona no quiso la recompensa, le insistí, pero no quería quedarse con esa sensación", concluyó.