Liberales progresistas se imponen a la extrema derecha en Países Bajos
El partido D66 superó por apenas unos votos al ultraderechista Geert Wilders. Y con el crecimiento de los democristianos que se negaban a pactar con la extrema derecha abre un escenario nuevo después de más de 20 años.
Los neerlandeses dieron ayer a su país un vuelco político mucho mayor del que lo datos en frío indican. La victoria de los liberales de izquierda (D66), que superaron por nada a la extrema derecha de Geert Wilders, y la subida de los democristianos de la CDA que se negaban a pactar con la extrema derecha abre un escenario nuevo después de más de 20 años.
El giro es histórico. Desde la salida del poder del socialdemócrata Wim Kon en 2002, hace ya 23 años, la silla del primer ministro se fue moviendo hacia la derecha. El democristiano Jan Peter Balkenende (a quien cuando llegó al poder se llegó a comparar físicamente con el personaje de ficción de Harry Potter) estuvo ocho años, hasta 2010. Entonces llegó el liberal de derechas Mark Rutte, que no dejó el poder hasta julio de 2024, cuando fue sucedido por Dick Shoof, un supuesto independiente a las órdenes del ultraderechista Geert Wilders. Ese viaje a la derecha acabó ayer con la victoria de los liberales de izquierda.
Cada cambio hasta ayer fue hacia la derecha y los Países Bajos se convirtieron en Europa en el pitufo gruñón, el que arrastraba los pies cuando Europa necesitaba fondos comunes para salir de la crisis financiera de 2008 o de las consecuencias económicas de la pandemia. Con menos de 20 millones de habitantes, en el terreno medio de las naciones europeas, su peso relativo era mucho mayor porque lideraba a países menores pero ricos, como Luxemburgo, Finlandia, Suecia o Dinamarca.
El cambio, que debe dar forma a un gobierno de centro izquierda liderado por un progresista, Rob Jetten, que ha crecido mucho políticamente en los últimos meses, cambia a los Países Bajos de bando y deja cojos a los que se dieron a conocer como “países frugales”, los que no querían fondos comunes europeos.
El país también girará en política económica hacia la izquierda y se separará del bloque más derechista en política migratoria. España, Dinamarca, Rumanía y Lituania, los únicos entre los 27 con gobiernos progresistas, ganan un aliado de un peso mayor del que le corresponde por tamaño.
Jetten hizo una campaña centrada en temas de política social y económica, lejana de las campañas de los últimos años de las formaciones de derecha. Sus temas predilectos en las últimas semanas fueron, como explica Elizabeth Kuiper, analista del European Policy Centre, “vivienda, energía verde y sistema público de sanidad”.
La campaña fue también, como explica Kuiper, contraria a la de los liberales de derecha del VVD, la fuerza que lideró los gobiernos desde 2010 hasta 2023. Estos se centraron en el gran tema europeo del último año, la Defensa. Y también perdieron apoyos.
Para llegar ahí hay que pactar, pero los resultados abren una expectativa mejor que en elecciones pasadas porque por primera vez en lustros todos están de acuerdo en aislar a la extrema derecha. El sistema de partidos holandés es de los más complejos de Europa: 14 fuerzas políticas se reparten 150 escaños en la Cámara Baja y ninguna llega a los 30 asientos. Y la paleta de colores ideológicos va de punta a punta pasando por cada casilla.
El país es el único europeo donde hay dos partidos liberales, de derecha y de izquierda. Los liberales de izquierda están, de hecho, a la derecha de los democristianos. Y los de izquierda son muy similares a los socialdemócratas. Un estudio del diario ‘Trouw’ del pasado 29 de septiembre contaba, además, a través de gráficos, cómo los partidos de derecha se habían movido aún más a la derecha en los últimos dos años, excepto la CDA democristiana, que ya es el más cercano al puro centro ideológico.
Esa doble familia liberal, que ahora sale reforzada como primera y tercera en las urnas, con la cuña de la extrema derecha en medio, deberá gestionar un resultado que saca de la matemática de la gobernación a la extrema derecha euroescéptica. Los liberales deberán buscas apoyos en los socialdemócratas o en los democristianos. O en ambos si quieren un Gobierno más estable.