Las claves de la derrota de Trump y el fenómeno Mamdani
El voto opositor se activó en todo el país mientras que el Partido Republicano enfrenta señales de desgaste que reordenan la carrera hacia 2026.
Fue la gran “ola electoral” de 2025. Indignados por la reconfiguración del gobierno y de la vida pública en Estados Unidos bajo el presidente Donald Trump, los demócratas acudieron a las urnas en cifras inusualmente altas para un año sin elecciones presidenciales y lograron arrasar en prácticamente todas las contiendas competitivas del país.
Los resultados funcionaron como un duro rechazo a Trump y al Partido Republicano, y como un bálsamo para los demócratas, que no habían tenido muchas noches felices en el último año. Ahora comienza una pelea feroz que durará un año: primero, en las batallas por la redistribución de distritos, y luego en las elecciones legislativas de medio término, para definir el control de la Cámara de Representantes y el destino de la agenda de Trump durante los últimos dos años de su mandato.
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A continuación, seis conclusiones sobre las primeras elecciones importantes de la segunda era Trump.
1-Los demócratas finalmente mostraron combatividad
Durante el último año, los demócratas estuvieron excluidos del poder en Washington, buscando desesperadamente —y en gran medida sin éxito— formas de impedir que Trump ampliara su autoridad. Organizaron protestas, hablaron durante toda la noche en el Senado y convocaron manifestaciones “No a los reyes” que reunieron a millones de personas en todo el país.
El martes, finalmente respondieron de manera más concreta. Los demócratas ganaron elecciones estatales en Virginia, Nueva Jersey, California y Pensilvania. Dieron vuelta bancas en la Comisión de Servicio Público de Georgia. Y estaban a punto de obtener casi una mayoría de dos tercios en la Cámara de Delegados de Virginia, una barrida extraordinaria en distritos clave en comicios que funcionan como un buen pulso del sentir de los votantes hacia ambos partidos, dada la escasa notoriedad de la mayoría de los candidatos.
En Nueva York, Zohran Mamdani rondaba el 50% de los votos en la carrera por la alcaldía, superando cómodamente al exgobernador Andrew Cuomo, quien había recibido apoyo de Trump y otros republicanos.
Cuando los demócratas triunfaron en 2017, durante el primer mandato de Trump, anticiparon una ola azul en las legislativas del año siguiente. El martes por la noche, dirigentes demócratas en la Cámara celebraban que los resultados de este año les ayudarían a reclutar candidatos fuertes para desafiar a los republicanos en 2026.
2-Una mala noche para Trump
En Virginia, Abigail Spanberger ganó la gobernación al poner el foco en los despidos de empleados federales ordenados por Trump y en los efectos del cierre del gobierno en su estado.
En Nueva Jersey, la representante Mikie Sherrill cerró su campaña con fuertes críticas a la exigencia de Trump de “cancelar” un túnel clave bajo el río Hudson.
En Nueva York, el respaldo de Trump a Andrew Cuomo en la víspera electoral inclinó a los republicanos hacia el exgobernador, pero no alcanzó para frenar a Zohran Mamdani.
Y en California, los votantes atendieron los llamados a “salvar al país de Trump” y aprobaron una medida para redibujar los distritos congresionales, lo que trasladará cinco bancas de los republicanos a los demócratas.
Trump no figuró en las boletas en ninguno de estos lugares, pero en todos ellos los demócratas centraron sus campañas en su figura y asociaron directamente a los candidatos republicanos con su agenda.
Tras resultados parecidos en Nueva Jersey y Virginia hace ocho años, los demócratas casi arrasaron en las legislativas de 2018. Ahora argumentan que lo ocurrido este martes anticipa un escenario favorable para 2026, mientras los republicanos sostienen que fue apenas una anomalía en bastiones tradicionalmente demócratas.
3-Mamdani ofrece un nuevo liderazgo demócrata
En un año, Mamdani pasó de buscar neoyorquinos al azar para hablar con él a convertirse en una de las mayores estrellas de la política estadounidense.
Ahora, a los 34 años y como alcalde electo de Nueva York, representa la vanguardia demócrata. Es un progresista sin ambages, un socialista democrático declarado y simpatizante de la causa palestina.
También ofrece un nuevo plano estratégico a un partido que, durante una década, se definió principalmente por su oposición a Trump.
Mamdani, al derrotar a Cuomo tanto en las primarias como en las generales, ofreció a los electores una alternativa clara y con visión definida. Se concentró sin descanso en el costo de vida, habló incansablemente sobre los precios de casi todo y expresó una devoción por Nueva York que pocos políticos muestran por los lugares que llaman hogar.
Y lo hizo marcando un camino creativo y convincente en internet, tanto en sus propias redes como en apariciones con decenas de influencers y podcasters.
Las posiciones progresistas de Mamdani quizá no funcionen igual fuera de Nueva York, y los republicanos ya anticipan que intentarán vincular a los candidatos demócratas con un inmigrante musulmán. Pero es probable que los aspirantes demócratas en las legislativas imiten su disciplina estratégica y comunicacional.
4-Hasta los demócratas dejan pasar un escándalo
En las últimas semanas de la campaña por la fiscalía general de Virginia, salió a la luz que Jay Jones, candidato demócrata, había enviado mensajes de texto violentos sobre un rival político y que había sido detenido manejando a 186 kilómetros por hora.
Pero ningún demócrata prominente del estado pidió que abandonara la contienda. Jones pidió disculpas, resistió una avalancha de anuncios negativos y ganó gracias a una movilización demócrata masiva.
5-La era posvergüenza sigue vigente.
Tal era la antipatía hacia los candidatos republicanos en Virginia que Jones, pese a las polémicas, tuvo un rendimiento mejor que el de la vicepresidenta Kamala Harris el año pasado en el condado de Loudoun, un suburbio clave de Washington.
Su futuro político podría estar limitado por estos episodios, pero al menos el martes tuvo motivos para celebrar.
5-Sin Trump en la boleta, ventaja para los demócratas
Trump moviliza al electorado republicano, pero solo cuando él mismo figura en la boleta. Desde 2017, los demócratas han superado las expectativas en todas las elecciones no presidenciales. Hoy son sus votantes quienes acuden en mayor número en los comicios de año impar y en las legislativas de medio término, mientras que la base trumpista suele activarse de manera contundente únicamente en años presidenciales.
El patrón volvió a repetirse este año: la candidata liberal a la Corte Suprema de Wisconsin ganó por amplio margen, y los demócratas lograron victorias sólidas en varias elecciones especiales. La tendencia quedó aún más clara el martes, con triunfos holgados en Virginia y Nueva Jersey.
Trump no aparecerá en las boletas en las legislativas del año próximo, pero todo indica que los demócratas intentarán nuevamente colocar su figura en el centro de sus campañas.
6-Newsom ayudó a los demócratas… y a sí mismo
El gobernador de California, Gavin Newsom, persigue desde hace tiempo —y sin disimulo— mayor proyección nacional, incluso desde antes de las presidenciales de 2024.
Su victoria abrumadora en la medida para redibujar el mapa congresional del estado a favor de los demócratas no solo fortaleció las perspectivas del partido para las legislativas, sino que también confirmó su capacidad para movilizar votantes en una elección crítica.
En el corto plazo, el apoyo de casi dos a uno al “sí” en California podría alentar a los demócratas de otros estados progresistas a impulsar sus propios planes de redistribución electoral. En su discurso de celebración, Newsom llamó abiertamente a seguir el ejemplo californiano, y mencionó a estados gobernados por demócratas con aspiraciones nacionales, como Colorado, Illinois y Maryland.
De cara al próximo ciclo presidencial, este resultado le ofrece una prueba concreta de su poder político en un contexto en el que los votantes demócratas buscan dirigentes combativos frente a Trump. Cómo capitalizará ese impulso aún está por verse, aunque su rumbo político parece cada vez menos misterioso.