La misteriosa y exitosa banda que resultó ser una IA

Una banda virtual de éxito masivo en Spotify revela su origen algorítmico, desatando un debate crucial sobre la creatividad, la identidad artística y el futuro de la industria musical en la era de la IA.

VARIETE

La escena musical global ha sido testigo de un fenómeno sin precedentes: una banda de rock, conocida por su estética retro de los años 70 y un ascenso meteórico en plataformas de streaming, ha admitido públicamente su naturaleza de creación artificial. The Velvet Sundown, que acumuló más de 1.1 millones de seguidores en Spotify en cuestión de semanas, validó las conjeturas que circulaban sobre su origen no humano.

En una descripción actualizada en su perfil de Spotify, la banda reveló ser "un proyecto de música sintética guiado por una dirección artística humana, compuesto e ilustrado con el apoyo de la Inteligencia Artificial". Lejos de ser un engaño, el mensaje subraya que esta iniciativa es una "provocación artística destinada a cuestionar los límites de la creación, la identidad y el futuro de la música misma en la era de la IA".

El vertiginoso éxito de la formación, que lanzó dos colecciones en 2025, generó interrogantes entre oyentes y analistas. Plataformas rivales como Deezer ya habían alertado sobre la naturaleza de "contenido generado por IA" en algunas de sus piezas. Spotify, por su parte, ha optado por no emitir comentarios específicos sobre el caso, aunque ha negado rotundamente cualquier intención de permitir la proliferación de música generada por IA para eludir el pago de derechos de autor a los artistas.

La irrupción de la inteligencia artificial en la música ha desatado una inquietud palpable en el sector. Artistas y sellos discográficos expresan su preocupación ante la posibilidad de ser desplazados por la marea de producciones algorítmicas, lo que plantea desafíos significativos para la industria musical en términos de derechos, monetización y la propia definición de la creación artística. Este episodio con The Velvet Sundown no solo es un caso de éxito digital, sino un catalizador para un debate fundamental sobre el rol de la tecnología en el futuro de la producción musical.

Podés leer también