Krugman: "Está salvando a los amigos de Bessent, no a la Argentina"

El Premio Nobel de Economía afirmó que el dinero que enviarán busca rescatar las apuestas fallidas de los "hedge funds" cercanos al secretario del Tesoro.

ECONOMIA

El premio Nobel de Economía Paul Krugman publicó una dura columna en la que cuestiona la ayuda que el gobierno de Donald Trump le entregó a la Argentina, que incluye un swap (intercambio) de monedas por U$S 20.000 millones.

Según el economista, la medida no busca ayudar al país, sino rescatar las apuestas fallidas de los fondos de cobertura cercanos al secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent.

Krugman sostiene que “la administración Trump odia dar ayuda exterior con fines humanitarios”, y acusa al gobierno republicano de ser responsable de “la muerte evitable de millones de niños en países pobres” por los recortes en asistencia internacional.

Sin embargo —añade—, cuando se trata de rescatar a un aliado ideológico, “no hay problema”. En su texto ironiza: “¿Un país sin valor estratégico, con una larga historia de corrupción e inestabilidad, que incumplió su deuda nueve veces? Ningún problema.”

Para Krugman, el plan económico de Milei está condenado desde el inicio. El eje de esa política, explica, es una “estabilización basada en el tipo de cambio”, es decir, sostener artificialmente el valor del peso para intentar bajar la inflación.

Pero, advierte, “América Latina es un museo de fracasos de estabilización cambiaria”, citando al ex economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld.

Krugman recuerda haber presenciado el colapso del “Plan de Convertibilidad” en 2001 y señala que el esquema de Milei “se le parece tanto en concepto como en resultados: euforia inicial seguida de desastre”.

Según Krugman, Milei “jugó bien sus cartas” al cortejar políticamente a Donald Trump y Elon Musk. Esa alianza, dice, inspiró un auge especulativo en los mercados argentinos tras la victoria electoral del republicano en 2024.

Los fondos de inversión apostaron fuerte a Milei, pero, como sostiene Krugman, “todo volvió a desmoronarse” cuando el mercado anticipó una derrota oficialista en las elecciones legislativas.

El economista considera que el préstamo impulsado por Bessent carece de toda justificación económica, estratégica o política.

A su juicio, se trata de un rescate encubierto: “La maniobra de Bessent no sólo buscaba salvar al Elon Musk del Sur, sino también a sus amigos de los fondos de cobertura”.

Krugman ironiza sobre la falta de un plan real y critica que el Tesoro estadounidense haya recurrido a teorías conspirativas para justificar la ayuda: “Según Bessent, quienes apuestan contra el peso tienen motivos políticos oscuros contra Milei. No pueden estar retirando su dinero simplemente porque la estrategia está fracasando”.

Basándose en un análisis del periodista Matthew Klein, Krugman explica que los dólares del Tesoro estadounidense o del FMI terminan financiando la fuga de capitales:

“El dinero entra, sostiene el peso y permite que los fondos vendan sus activos a precios inflados, para luego salir del país y dejar que la moneda se derrumbe otra vez”.

Rob Citrone, amigo de Bessent.

Incluso menciona nombres propios: Rob Citrone, un multimillonario de los hedge funds y amigo de Bessent, habría comprado más activos argentinos poco antes del anuncio del préstamo.

Krugman se pregunta si “Citrone aprovechará el préstamo respaldado por los contribuyentes para sacar su dinero y huir”, y sentencia: “Si no lo hace, es un tonto, porque eso es lo que está haciendo el dinero inteligente”.

El economista también relativiza la profundidad del ajuste de Milei. Sostiene que una parte sustancial de la reducción del déficit proviene no de recortes permanentes, sino de la paralización de la inversión pública, que “cayó del 10% al 2% de los ingresos”. Esto, advierte, “es otra forma de endeudarse con el futuro”.

Paul Krugman, el economista Premio Nobel.

En su conclusión más dura, Krugman afirma que mientras millones de niños morirán por la falta de ayuda internacional, los contribuyentes estadounidenses deberán pagar miles de millones “para rescatar a los amigos de Bessent en un intento inútil de salvar al Elon Musk del Sur.”

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