Herramientas para la gestión de la sequía
Los autores explican los distintos tipos de sequía y el Plan de Especial de Gestión de Riesgo de Sequía que están elaborando.
En Mendoza la sequía es el fenómeno hidrológico extremo más representativo de los efectos del cambio climático.
El Departamento General de Irrigación (DGI), con el objetivo estratégico de alcanzar la Seguridad Hídrica y utilizando las herramientas que la Gestión Integral de los Recursos Hídricos (GIRH) brinda, ha modernizado sus sistemas de análisis, evaluación preventiva, y planificación tanto para mejorar la gestión y su adaptabilidad al Cambio Climático, como para mitigar los crecientes efectos de las sequías.
Frente a la alteración de los patrones de lluvias y la disminución de las precipitaciones níveas, que aumentan la frecuencia, gravedad y la duración de las sequías en muchas regiones del mundo, el DGI, junto a las tradicionales medidas estructurales sobre la oferta hídrica, viene implementando un modelo de gestión enfocado en la demanda.
- Los objetivos principales de dicho modelo son:
- Identificar todas las causas que influyen en el denominado déficits hídricos
- Revisión de los títulos jurídicos y de los usos a los que se asigna el agua según criterios sociales y económicos
- La satisfacción de la demanda con volúmenes ajustados a variables como el tipo de cultivo, suelo, etc.
- La educación para la toma conciencia de la escasez, entre otras medidas
Alineados con la gestión preventiva del riego de sequias el DGI viene trabajando en la elaboración de un Plan Especial de Gestión del Riesgo de Sequía (PEGRIS). Este Plan, que será parte integrante del Plan Hídrico contiene los lineamientos para que las distintas cuencas de la provincia se anticipen a la implementación de un complejo conjunto de medidas, las que deberán establecerse con la participación de la comunidad; estimular la concientización de la misma; en base a el manejo sustentable y sostenible de los recursos hídricos; buscando la toma de conciencia social y, al mismo tiempo, la mayor eficiencia de los instrumentos técnicos, en relación al impacto de la sequía.
Los ejes sobre los cuales se han de construir los correspondientes planes, denominados Plan de Acción para la Gestión del Riesgo de Sequía (PAGRIS) de cada una de las cuencas de la provincia de Mendoza, son varios, a saber: un sistema de monitoreo y alerta temprana, la evaluación de la vulnerabilidad y el riesgo de sequías de cada cuenca, medidas a ser implementadas para mitigar y mejorar la respuesta a los impactos de la sequía.
La sequía
En cualquier régimen climático puede ocurrir una sequía ya que es parte normal del clima, pero es uno de los peligros naturales que más costos (económicos, sociales y ambientales) produce. Pero no puede decirse que los efectos del cambio climático o la variabilidad climática son las únicas causas que provocan la sequía, el crecimiento demográfico no planificado y su consecuente presión sobre los recursos hídricos, la erosión de los suelos, incendios, desmontes, etc. son identificados también como causales.
La sequía, en particular, es catalogada como ambigua por ser tanto un evento climático como socioeconómico. En especial afecta negativamente las actividades productivas como el turismo o la agricultura y con ello la seguridad alimentaria, la generación de energía hidroeléctrica y la industria. No debe perderse de vista que las sequías impactan también la salud humana y animal, y en general el contexto socioeconómico de la región afectada por la sequía la hará más o menos vulnerable a sus efectos.
La gestión del riesgo de sequía, exige la evaluación de los peligros, las vulnerabilidades y los efectos, para lo que será clave disponer de un sistema de alerta temprana (vigilancia y predicción, actividades de preparación), y las necesarias actividades de prevención y mitigación.
Tipos de sequías
De algunas de las causas que originan la sequía se derivan o puede identificarse sus tipos y esta multiplicidad tiene directa relación con el carácter diverso de la disminución del recurso hídrico, su duración, y la interacción entre sectores afectados y la sociedad.
I- Sequía Meteorológica
Se configura cuando se produce una escasez continua de precipitaciones (lluvia o nieve). Normalmente suele afectar zonas de gran extensión y es la sequía que da origen a los restantes tipos.
El origen de la escasez de precipitaciones en general está relacionado con el comportamiento global del sistema atmosférico, donde influyen tanto factores naturales como antrópicos, la deforestación o el incremento de los gases de efecto invernadero.
II- Sequía Hidrológica
La sequía hidrológica tiene relación con el déficit de los caudales, los que ya sean circulantes por los cursos de agua o en los acuíferos, se encuentran por debajo de lo normal o la media, durante un plazo temporal dado, lo que puede impedir cubrir las demandas de agua.
En zonas como Mendoza, la escasez de nevadas puede traducirse en una sequía meteorológica, y en casi la totalidad de los casos va a producir una sequía hidrológica en la temporada siguiente en relación al agua superficial que impactará en futuras temporadas a nivel de acuíferos.
III -Sequía Agrícola
La denominada sequía agrícola se manifiesta a través de un déficit hídrico en suelos, en la vegetación e incluso en pérdida de cosechas, debido a una mayor demanda sobre los recursos hídricos que están disponibles.
IV- Sequía socioeconómica
Por su parte la sequía socioeconómica es entendida como la afectación de personas y actividades económicas a raíz de la sequía. La creciente presión de la actividad humana sobre el recurso agua, hace que cada vez sea mayor la incidencia de la sequía socioeconómica, con pérdidas crecientes.
Indicadores e índices de sequía
Para hacer efectiva la primera tarea de todo plan de sequía, que es contar con un Sistema de Alerta Temprana, el DGI ha implementado una serie de indicadores siguiendo la metodología de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en el Manual de Indicadores e Índices de Sequía, presenta los índices más utilizados a nivel mundial y se determinan con la metodología presentada en la Guía del Usuario sobre el Índice Normalizado de Precipitación (SPI).
Un indicador de sequía es aquel valor que permite clasificar mediante rangos, el grado de afectación de un territorio, debido a la ocurrencia de una sequía. La caracterización de las mismas será de utilidad para definir las condiciones promedio históricas sobre las cuales se construye la resiliencia de la sociedad a los eventos de sequía.
Cuando el indicador de estado sobrepasa un valor umbral, la clasificación de la sequía se mueve a una categoría diferente.
Índice de Precipitaciones Estándar (SPI)
El SPI se basa en la probabilidad de ocurrencia de una precipitación, puede calcularse para distintas escalas temporales, ofrece una alerta temprana de la sequía y ayuda a evaluar su severidad. Las condiciones de humedad del suelo responden a anomalías de precipitación en una escala relativamente corta. Las anomalías de precipitación a largo plazo quedan reflejadas en las aguas subterráneas, los caudales fluviales y el almacenamiento en reservorios.
Índice de Nieve Estándar (INE)
Dado que más del 95% del recurso hídrico de la Provincia de Mendoza proviene de las precipitaciones nivales de invierno, el DGI ha definido el INE, con la misma metodología del SPI, tomando como escala temporal el “año” y como valor representativo de la “sequía meteorológica” anual.
Tabla 1.- Clasificación según Índice de Nieve Estándar (INE)
Índice Normalizado de Caudales Fluviales (SSFI).
Este índice SSFI se define como la diferencia en los caudales fluviales entre la media y la desviación típica. Se puede calcular con datos de observaciones y de predicciones, y proporciona una perspectiva de los períodos de niveles altos y bajos de caudal asociados a las crecidas y la sequía, siendo útil para la vigilancia de las condiciones hidrológicas en distintas escalas temporales.
Índice de Derrame Estándar (IDE)
En forma anual, el DGI realiza el Pronóstico de Escurrimientos de los Ríos de Mendoza, para el período 01 de octubre de un año al 30 de setiembre del siguiente. Este pronóstico anual, es la base de toda la planificación de los sistemas de distribución provincial, ya que, en combinación con las demandas estimadas, genera las políticas de manejo de embalses de esa temporada.
El parámetro base que se pronostica es el “derrame anual”, o volumen, a escurrir en cada río. Con este concepto e igual metodología que el SSFI, el DGI ha definido el IDE, en base a los derrames anuales históricos e identifica las condiciones hidrológicas de cada cuenca, en especial la Sequía Hidrológica.
Tabla 2.- Clasificación según Índice de Derrame Estándar (IDE)
Puede apreciarse que este índice, debido a su metodología de cálculo, también sirve para clasificar tanto años Normales, o cercanos a lo normal, como para años con abundante recurso hídrico.
Índice de Caudales Estándar (ICE)
El DGI se encuentra en el proceso de estudio e identificación de las Sequías Agrícolas, por lo que ha definido el ICE en forma idéntica al SSFI, teniendo en cuenta los caudales mensuales de los ríos de Mendoza. Se ha previsto que la evaluación conjunta de este índice con los valores mensuales de demandas agrícolas, brindará un ámbito de evaluación y planificación en los sistemas de distribución. En el futuro, se deberán definir las “dotaciones de riego” o volumen mensual de agua necesaria para cada cultivo y condiciones de suelo y climáticas zonales, por lo que el manejo de estos parámetros será de fundamental importancia en el balance hídrico y gestión de las cuencas.
Índice Normalizado del Suministro de Embalses (SRSI)
La OMM lo presenta como un método sistemático para analizar los datos de los embalses en condiciones de sequía, con características Similares al SPI ya que se utilizan datos mensuales para calcular la función de distribución de probabilidad de los datos de almacenamiento de los embalses, a fin de suministrar información sobre el abastecimiento de agua de una región o cuenca dentro de una gama de -3 (extremadamente seco) a +3 (extremadamente húmedo), ofreciendo información a los responsables de la distribución del recurso.
Índice de Reservas Estándar (IRE)
El DGI informa de manera permanente a los usuarios sobre la situación hídrica de cada cuenca, siendo uno de los parámetros más solicitados, los volúmenes o reservas en los embalses, tanto en la actualidad, como en relación a los años anteriores.
Es por eso que ha definido el IRE, con la misma metodología que los índices anteriores. Este índice también es aplicable a situación con reservas superiores a la media.
Tabla 4.- Estado embalses según Índice de Reservas Estándar (IRE)
Índice del abastecimiento de las aguas superficiales (SWSI).
El DGI tiene como objetivo futuro definir un índice similar a este, ya que se puede utilizar para detectar condiciones de sequía asociadas a las fluctuaciones hidrológicas, por un lado, y como tiene en cuenta todos los recursos hídricos de una cuenca, proporciona un buen resumen de la situación hidrológica general de una cuenca o región concreta.
Conclusiones
EL DGI como en general la mayoría de las administraciones hídricas en regiones acuciadas por sequía, se encuentra elaborando dentro del plan hídrico. El objetivo básico de este plan de sequía será la articulación de las medidas de control, evaluación de riesgos, organización de la toma de decisiones e implantación de medidas mitigadoras necesarias para minimizar la frecuencia e intensidad de las situaciones de sequía, así como reducir los efectos ambientales y socioeconómicos de la misma.
Cada cuenca deberá construir e implementar su Plan de Acción evaluando sus vulnerabilidades de acuerdo a sus características propias y aprobar una serie de medidas tanto de carácter estructural, (obras) como no estructural (operativas, administrativas, fiscales, de comunicación, etc.), para una eficiente gestión preventiva del riego de la sequía y mitigar sus impactos.
Referencias Bibliográficas
-Andino Mónica y Pinto Mauricio. (2023) Gestión del riesgo de la sequía en zonas semi desérticas. En Desafíos hídricos para
el desarrollo sostenible. XXIV Jornadas de Derecho y Gestión de Aguas Universidad Católica de Chile.
-Organización Meteorológica Mundial (OMM) y Asociación Mundial para el Agua (2016). Manual de indicadores e índices de sequía (M. Svoboda y B.A. Fuchs). Programa de gestión integrada de sequías, Serie 2 de herramientas y directrices para la gestión integrada de sequías. Ginebra.
-Organización Meteorológica Mundial (OMM) (2012). Índice normalizado de precipitación. Guía del usuario. Ginebra
-MARTIN, L -(2020). Emergencia hídrica, ambiental y climática. Elementos para su configuración y relación con el estado de derecho. Derechos En Acción, 14(14), 358. https://doi.org/10.24215/25251678e358.