Guía completa para sembrar Chía en tu jardín

Descubre los sencillos pasos para tener tu propia cosecha de chía, una supersemilla llena de nutrientes que prospera con cuidados básicos en tu huerto casero.

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La chía (Salvia hispanica) se ha consolidado como un superalimento global, valorado por sus altos contenidos de omega-3, fibra y antioxidantes. Lo que muchos desconocen es que cultivar chía en tu jardín es un proceso sorprendentemente sencillo y gratificante, ideal para jardineros principiantes y experimentados que buscan añadir una opción nutritiva y de bajo mantenimiento a su huerto.

Para comenzar, el clima es fundamental. La chía prefiere climas cálidos y templados, con mucha luz solar. Necesita al menos seis horas de sol directo al día para desarrollarse plenamente. En cuanto al suelo, no es exigente: prefiere suelos bien drenados, incluso arenosos, y puede tolerar una amplia gama de pH. Sin embargo, un suelo ligeramente enriquecido con compost o materia orgánica favorecerá un mejor crecimiento.

La siembra se realiza a principios de primavera, una vez que haya pasado el riesgo de heladas y las temperaturas nocturnas se mantengan por encima de los 10°. Las semillas de chía son pequeñas, por lo que se recomienda esparcirlas superficialmente y cubrirlas con una fina capa de tierra (0,5 a 1 cm). Siembra en hileras separadas por unos 45-60 cm para permitir el crecimiento de las plantas. La germinación suele ocurrir en una o dos semanas si las condiciones son óptimas y el suelo se mantiene ligeramente húmedo.

El cuidado de la planta de chía es mínimo. Una vez establecidas, son bastante resistentes a la sequía, pero se beneficiarán de riegos regulares durante períodos secos, evitando siempre el encharcamiento. No son propensas a muchas plagas o enfermedades, lo que simplifica su manejo. La planta puede alcanzar hasta 1,5 metros de altura, desarrollando espigas de flores púrpuras o blancas.

La cosecha de las semillas de chía se realiza cuando las flores se secan y los pétalos caen, dejando al descubierto las vainas de las semillas que se tornan marrones. Es crucial recolectarlas antes de que las vainas se abran por completo para evitar que las semillas caigan al suelo. Puedes cortar las espigas y dejarlas secar en un lugar ventilado y seco. Una vez secas, las semillas se desprenden fácilmente. Con estos sencillos pasos, podrás disfrutar de tu propia chía fresca y orgánica cultivada en casa.

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