Entre 56 ciudades, Mendoza es la quinta que más aumentó el boleto en tres años

El precio del pasaje pasó de $40 a $1.000 entre 2022 y 2025. La provincia quedará aún más arriba en el ranking cuando entre en vigencia el nuevo valor de $1.200.

Mendoza tuvo uno de los aumentos más altos del país, pero partía de una tarifa más baja que otras ciudades comparables.
ECONOMIA

En los últimos tres años, el costo del transporte público en Mendoza quedó entre los que más aumentaron en la Argentina. Según el relevamiento de AAETA, que compara 56 ciudades, la provincia ocupa el quinto lugar del ranking de incrementos acumulados: el pasaje pasó de $40 en 2022 a $1.000 en 2025, lo que representa una variación del 2.400% en el período. El cuadro no contempla la actualización a $1.200 que regirá desde el 10 de noviembre, dato ajeno a la planilla comparativa.

Las mayores subas de ese período se observan en Centenario, La Banda, Resistencia y Pergamino, todas por encima del 2.400%. Inmediatamente después aparece Mendoza. El contraste con el Área Metropolitana de Buenos Aires sigue siendo marcado: en el AMBA, el boleto partió de $25,20 en 2022 y hoy ronda $550 en Provincia y $546 en Ciudad, muy por debajo de los valores que se ven en buena parte del interior.

En Mendoza, los ajustes tarifarios respondieron a la evolución de los costos operativos del sistema —combustible, mantenimiento, repuestos y salarios— y se aplicaron de manera escalonada. Con la actualización que comenzará a regir el 10 de noviembre, el pasaje quedará en $1.200; ese monto no figura en el cuadro de AAETA y, de incorporarse, ubicaría a la provincia más cerca del grupo de ciudades con boletos por encima de $1.100, como Santa Fe, Rosario o Río Cuarto. Además, Mendoza pasará a ser la segunda ciudad con mayor incremento en los últimos tres años.

En lo que respecta a las provincias vecinas de San Juan y San Luis, los números indican que tuvieron incrementos similares del 1.400%.

La defensa del Gobierno 

Consultado sobre la ubicación de Mendoza en el ranking, el subsecretario de Transporte, Luis Borrego, señaló que la comparación debe considerar el punto de partida de cada provincia. “En 2022 Mendoza tenía un boleto de 40 pesos, mucho más bajo que el de otras ciudades comparables como Córdoba y Rosario, que ya arrancaban en 85 pesos”, explicó. Según indicó, esa diferencia inicial influyó en el porcentaje final de variación. “Hoy Córdoba y Rosario tienen un boleto de 1.580 pesos, mientras que Mendoza está en 1.000 y recién tendrá una actualización en noviembre. Por eso, en términos absolutos, la comparación no es lineal”, agregó.

Borrego también sostuvo que la provincia mantiene una política orientada a que el usuario pague una proporción menor del costo total del sistema. “Históricamente, en Mendoza el pasajero paga aproximadamente un tercio del valor real del pasaje. Esa relación se ha sostenido en los últimos años, aun cuando se quitaron subsidios nacionales, porque la provincia absorbió ese costo”, señaló.

El funcionario destacó además que la gestión provincial busca reducir el gasto del sistema mediante mayor eficiencia operativa. “Mendoza tiene un costo por kilómetro más bajo que Córdoba y Rosario. Eso se logra con herramientas de control y planificación de frecuencias que permiten ajustar la oferta a la demanda. Si el costo es menor, el usuario paga menos y el Estado subsidia menos”, detalló.

Por último, Borrego remarcó que la tarifa plena no refleja el valor que paga la mayoría de los pasajeros. “Solo el 40% de los usuarios abona la tarifa completa. El resto tiene descuentos o gratuidades. Estudiantes, mayores de 70 años, personas con discapacidad, docentes y usuarios frecuentes pagan menos. Un trabajador habitual, por ejemplo, si acumula 40 viajes en el mes, termina pagando alrededor de 650 pesos, no 1.000”, afirmó.

El interior, con incrementos más pronunciados

El informe de AAETA también muestra que, en promedio, las ciudades del interior tuvieron aumentos mayores que el AMBA. Casos como Corrientes, Catamarca, Oberá, General Roca o Río Gallegos exhiben variaciones que se acercan o superan el 2.000% en los tres años, mientras que en el extremo inferior del ranking aparecen Viedma y Merlo, con alzas cercanas al 1.000%.

Claro está, que la estructura final de tarifas está condicionada en gran medida por la distribución de subsidios. El esquema vigente asigna una proporción mayor de asistencia al AMBA, lo que mantiene una brecha de valores respecto del interior aun cuando los costos operativos exhiben dinámicas similares.

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