El narco se adueña de los barrios y la Iglesia pide ayuda del Estado
El arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, firma un documento de la Conferencia Episcopal Argentina que advierte sobre las consecuencias del retiro del Estado de barrios marginales. Dirigentes de la oposición aprovecharon para cargar contra Alfredo Cornejo.
La realidad que se vive en algunos barrios de Mendoza no es diferente a las del resto del país. Un documento de la Conferencia Episcopal Argentina, presidida por el arzobispo de Mendoza Marcelo Colombo, pone en evidencia las consecuencias de la retirada del Estado de los barrios marginales. Desde la Iglesia afirman que los narcos ocupan ese rol y crean un "Estado paralelo".
"Vemos con preocupación y dolor que la retirada del Estado de esos ámbitos abre paso al avance del narcotráfico, que ocupa ese lugar vacío y se convierte en una suerte de 'Estado paralelo', donde los narcos ofrecen a los jóvenes una vida corta pero aparentemente mejor, y esto a cambio de su dignidad, su libertad y, muchas veces, su vida", remarca la Iglesia en el comunicado por el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.
La expresión del Episcopado fue replicada por dirigentes de la oposición mendocina que desde hace tiempo vienen denunciando que los narcos están ganando la calle en la provincia. "Este documento de la Conferencia Episcopal Argentina describe precisamente lo que venimos denunciando que sucede en los barrios de Mendoza", aseveró la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti.
Lo mismo manifestó el diputado provincial Germán Gómez y afirmó que un Estado ausente es un Estado "cómplice por omisión".
En el comunicado firmado por el arzobispo Marcelo Colombo la Iglesia advierte que "es urgente y necesario que las autoridades nacionales, provinciales y municipales, reconozcan y sostengan el trabajo que ya se realiza en el territorio, aportando los recursos necesarios para potenciarlo y ampliarlo".
"Sin una presencia constante del Estado y el compromiso de toda la sociedad en la formación de nuestros niños, niñas y adolescentes, estaremos siempre corriendo detrás del problema", esgrimen desde el Episcopado.
"No se puede seguir esperando que quienes acompañan a los jóvenes más rotos lo hagan sin recursos. Desfinanciar estas obras, demorar la ayuda o relegarlas a la buena voluntad de voluntarios agotados, es una forma indirecta de condenar a muchos a la muerte", advierten.
"Por eso es fundamental cuidar y fortalecer estas comunidades que salvan vidas todos los días. Sin el compromiso económico del Estado, esta ardua tarea no se sostiene. Y si esta tarea cae, no habrá quien reciba a los que tocan fondo buscando una segunda oportunidad. A quienes tienen responsabilidades de gobierno les pedimos : ¡Escuchen el clamor de los que luchan por salir del consumo! ¡Vean el dolor de las familias y comunidades que están destrozadas por este flagelo!", concluye el documento.